Los vecinos califican de “tomadura de pelo” la modificación de la normativa

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  r. l. > a coruña

  Mientras los hosteleros se muestran satisfechos con la decisión del alcalde, Carlos Negreira, de modificar la ordenanza medioambiental de ruidos, los vecinos del centro de la ciudad no opinan lo mismo. Para la asociación Ensenada del Orzán, el hecho de que el Ayuntamiento se plantee permitir a los pubs la instalación de terrazas es “una tomadura de pelo”.
“Nos los temíamos”, se lamenta la presidente de esta entidad vecinal, Aure López, que lleva años luchando porque se controle el nivel de ruidos en uno de los barrios de la ciudad de mayor concentración de ocio nocturno. “Estamos totalmente en contra de que se cambie la ordenanza, en especial en esta Zona Acústicamente Saturada”, alerta la portavoz de los residentes en el Orzán, que considera que esta decisión va en contra de los intereses de los vecinos. “Negreira tiene que ser el el alcalde de los hosteleros, pero también el de los vecinos”, reprocha.
Para Aure López, el hecho de que los empresarios de hostelería justifiquen sus peticiones en las pérdidas económicas que está provocando la ley antitabaco no es motivo sufiente para cambiar la ordenanza. “Los residentes en el Orzán también tienen sus negocios y no molestan al resto de los vecinos con sus actividades”, sostiene.
Pero sus quejas no se quedan ahí. Asegura que los pubs de la zona del Orzán “ya están instalando terrazas de manera ilegal desde principios de julio”. López se queja de que los responsables de estos negocios colocan las mesas “a las cuatro de la tarde y los vecinos tienen que soportar el ruido durante toda la noche”. Pese a que cuenta que llamaron a la Policía Local en numerosas ocasiones, los agentes “no hicieron nada por cambiar esta situación”.
La presidenta de la agrupación de Ensenada del Orzán se queja, además, de que la falta de vigilancia en la zona está provocando la aparición de focos de botellón en la calle de Vista. “No nos consuela que en otras partes de la ciudad pase lo mismo; queremos que se preste atención a este problema”, sentencia la portavoz vecinal.

A la espera > En la Ciudad Vieja, otra de las zonas en las que se pueden encontrar más locales de ocio nocturno, la presidenta de la agrupación de vecinos, Rosa Quiroga, está a la espera de ver qué condiciones establece el Ayuntamiento en la nueva normativa. “Es una idea que habrá que estudiar”, señala.
En un principio, Quiroga considera que “es más fácil que se cumplan con las condiciones medioambientales de ruido cuando se regula”. Así, la portavoz de la Ciudad Vieja explica que “si un bar o un pub tiene una autorización para tener una licencia cerrará a la hora que le corresponde, pero, por el contrario, si carece de ella, lo más probable es que incumpla con los horarios y acabe molestando a los vecinos”.
Para la presidenta de esta agrupación, lo más importantes es que el gobierno local, a la hora de redactar el texto, tenga en cuenta el derecho al descanso de los residentes en el casco antiguo, así como de las necesidades en materia medioambiental de la Ciudad Vieja, uno de los ámbitos de especial protección de la ciudad en lo referente al ocio nocturno.
De todas formas, se muestra cauta a la hora de hablar de un texto que, además de facilitar la instalación terrazas, permitirá a las cafeterías y a los bares poner música ambiental, algo reservado hasta ahora para los pubs.


 

Los vecinos califican de “tomadura de pelo” la modificación de la normativa

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