Los vecinos aseguran que nunca se había escuchado discutir a la pareja

  “No me lo puedo creer”. Esta frase se repetía como un eco en la calle frente al portal donde durante casi cuarenta años habían convivido pacíficamente la pareja y que ayer se había convertido en el escenario de un delito de violencia de género. “Nunca tenían ningún problema, es que no discutían jamás”, decía la presidenta de al comunidad de vecinos.

Otra señora asegura que la mujer que había salido de casa con la cabeza vendada era de carácter alegre, que no hacía sospechar que tuviera problemas en casa. “Me regaló grelos un día y siempre me preguntaba si quería más”.

 Sin problemas > En cuanto a los compañeros del supuesto agresor, los que lo conocían aseguran que era un hombre normal. Uno de ellos que acaba de comer con él apenas un par de horas antes de que tuviera lugar el suceso, mantenía que lo había visto tranquilo y sereno. “Me había dicho que tenía un problema con su padre, pero nada más”.

El matrimonio tiene dos hijos, ambos de más de treinta años, y procede de Curtis, de donde llegaron a la ciudad hace más de cuarenta años.