Los habitantes del desierto y del océano se miran a través del cristal

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  entrevista de abel peña

solidaridad - visita de niños saharauis

Los campamentos donde  200.000 saharauis aguardan el día de volver a su país están levantados sobre terreno agreste y árido, y la concejala de Servicios Sociais de Ourense, Marta  Rivas, lo sabe bien, porque los visitó el año pasado. Entonces volvió con el propósito de participar en el programa “Vacaciones en paz” trayendo a diez niños saharauis discapacitados a su ciudad. Ayer los llevó a visitar el Aquarium Finisterrae, y mientras los niños pegaban las caras a los cristales de los acuarios donde nadaban animales que nunca habían visto, sus monitores les contemplaban a ellos.
“Só coa primeira peceira xa se quedaron mirándoa”, recuerda Rivas. Aunque ella misma reconoce que es difícil saber qué perciben. Entre los niños hay casos de sordomudez, problemas neurológicos y autismo; de ahí que fuera necesario hacer más esfuerzos de lo normal para traerlos hasta Galicia, porque las familias de voluntarios no podían ocuparse de sus necesidades especiales, así que el Ayuntamiento ourensano los alojó en una residencia adaptada.
Rivas dio todos los esfuerzos por buenos cuando los niños bajaron a la sala Nautilus y descubrieron que estaban rodeados por un agua en la que nadaban peces desde sardinas a tiburones. Afuera habían podido observar por primera vez el mar, que solo habían visto en la televisión. La edil, que recordaba cómo es la zona de Argelia en la que los saharuis están asentados, reconoció que es como visitar otro planeta.
“Xa só o verde da nosa terra para eles é algo novo”, asegura Rivas, que tiene alojada en su propia casa a una niña de tan solo cuatro años de edad que se lo pensó mucho antes de pisar el césped, porque la hierba era para ella un fenómeno exótico. Al final, la criatura pisó el verde y, a pesar de que estaba calzada, la concejala explica que fue para ella toda una sensación tener un suelo tan mullido bajo sus pies.
“Nos tamén aprendimos moito. Son unha xente marabillosa, con moita autoestima”, afirma la responsable ourensana. Los dos mundos, ayer tan próximos, volverán a sus órbitas en septiembre y, después, solo las criaturas del océano y del desierto podrán decir si recuerdan haberse mirado a los ojos separadas tan solo por un cristal.


 

Los habitantes del desierto y del océano se miran a través del cristal

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