Los empleados de Arias Hermanos rechazan las causas económicas que esgrime la empresa en el ERE

Si la semana pasada se conocía que la constructora Arias Hermanos había presentado un ERE de extinción que afecta a 25 trabajadores, un 19% de la plantilla, aludiendo a causas económicas, hoy los trabajadores niegan estos problemas financieros, en base a la situación en que ven en la empresa.El comité, integrado por CCOO, CIG y UGT –este último cuenta con mayoría– ofrecía ayer una rueda de prensa para denunciar su rechazo al expediente de regulación que, recuerdan, ya no tiene que ser aprobado por la Xunta debido a la reforma laboral. Los empleados aseguran que si la empresa hubiese sufrido una reducción de trabajo, podrían disponer de sus vacaciones, y en realidad llevan acumulados 950 días de descanso sin disfrutar, aún correspondientes al año 2011 y algunos operarios parece que tampoco han recibido los de 2010.

Por otro lado, no comprenden cómo la directiva quiere emprender más despidos cuando siguen exigiendo horas extras. En concreto, se acumulan 1.558 horas extraordinarias, llegando incluso a las 100 algún compañero.

El comité admite que sí ha habido una reducción en la carga de trabajo, pero similar al de todas las empresas del sector y no lo suficiente como para emprender despidos. De hecho, en los últimos años ya ha habido una reducción de la plantilla, que era de 206 empleados hace tres años y ahora está en 137 trabajadores. El comité anuncia protestas, aunque todavía no tiene decidido la fórmula.

El ERE fue presentado por la compañía el 11 de abril, pero ya en junio efectuó otro de tipo temporal, este sí, supervisado por el Gobierno autonómico. Lo curioso de este expediente, que tenía previsto aplicarse a 119 empleados durante 18 meses, es que solo se le hizo efectivo a 20, y de ellos, solo siete lo terminaron.

Este nuevo plan de ajuste, en cambio afecta a 25 trabajadores. En el periodo de negociaciones, el comité pretendía que se hiciera extensible a toda la firma para así proceder a prejubilaciones y otras medidas favorables, pero la compañía –que tiene como consejero delegado al presidente de la Federación Gallega de la Construcción, Antón Arias– solo rebajó la cifra a 15 empleados, añadiendo además recortes en los derechos laborales.