Los cuatro detenidos por el secuestro de un perro en Monte Alto reconocen los hechos

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  a.b. > a coruña

  En prisión seguirán, de momento, los cuatro detenidos por el secuestro de un perro de un piso de Monte Alto el pasado mes de agosto. Ayer, los tres varones y la mujer volvieron a declarar ante la jueza que dirige la instrucción, la titular del juzgado número 7. Tras reconocer su implicación en los hechos, todos fueron enviados de vuelta a la cárcel de Teixeiro, donde permanecen desde mediados de mes por el asalto al piso de la calle de Tuy, el robo de la mascota y otros efectos y joyas y la retención de la residente.
El golpe se organizó, según confesaron los implicados, como una forma para presionar a la dueña de la perra e intimidarla. Ella fue quien contrató a los jóvenes de etnia gitana por mil euros para que asustaran a la testigo, a la que conocía bien por ser viejas amigas. Por eso, cuando dos de ellos se presentaron en el piso simulando ser transportistas y, ya dentro, maniataron y amordazaron a la residente, le dejaron bien claro de parte de quién venían, antes de llevarse “lo que ella más quería”.
La orden era, según afirman  tres de los imputados, coger a la perra y llevarse también algún objeto de valor para lograr que la residente se echase atrás y no declarara en un juicio contra de su conocida. Sin embargo, la inductora confesa niega la parte del robo, y solo admite que les pidió a sus cómplices que secuestraran al animal, para forzar a su propietaria a devolverle un dinero que le había prestado tiempo atrás.

Pinchazos telefónicos > El botín, en cualquier caso, fue mayor, desde joyas a relojes, aparatos tecnológicos y hasta una cubertería de plata, efectos que, al menos en parte, fueron recuperados por la Policía Nacional tras la detención de los sospechosos, al igual de la mascota.
Para dar con ella, la jueza instructora autorizó intervenir el teléfono de casa de la víctima, y así pudo saberse que los asaltantes realizaron varias llamadas en las que reclamaban el pago de 37.000 euros a cambio del animal.
En cuanto al resto de los objetos, ayer, los tres detenidos declararon que se deshicieron de ellos en una casa de empeños, al ver que la mujer que los había contratado no les pagaba la cantidad pactada por el trabajo.
A preguntas de su defensa, que se ejerce desde el despacho de José Ramón Sierra, los tres afirmaron que siguieron las indicaciones que les proporcionó la cuarta implicada, que llegó a darles incluso la llave del portal de la casa, y aseguraron que antes de acudir al piso consumieron cocaína y alcohol.
La víctima, por su parte, ya recuperó buena parte de lo sustraído, pero se personará en el proceso como acusación.


 

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