Los Artesanos olvidan “lo mal que está el Circo”

Los Artesanos olvidan “lo mal que está el Circo”
la junta directiva asistiã³ a una misa por los socios fallecidos y visitã³ la alberto martã­ en la cocina econã³mica, antes de entregar las insignias de plata de la sociedad quintana

Un chasquido de dedos y todo solucionado. Que ese método fuera válido para superar la profunda crisis económica que vive el Circo de Artesanos sería el sueño de la junta pero como de imposibles no se vive se conformaron con olvidar por unas horas los problemas. “Hoy no vamos a hablar de lo mal que está el Circo porque hay una alfombra roja”, se encargó de sentenciar la directiva por medio de una de sus componentes en los actos de ayer, organizados para celebrar el 166 cumpleaños de la entidad.

Y pasó a otro capítulo de la jornada no sin antes apostillar ante medio centenar de asociados: “Lo vamos a levantar con la ayuda de todos vosotros”. Por fe no será pues la agenda para conmemorar un aniversario al que es tan difícil llegar, la junta y muchos de los miembros del colectivo asistieron a una misa en la Iglesia Castrense.

Se habló del Papa y de la falta de vocaciones, pero el cura no se olvidó de recordar “a nuestros hermanos los socios del Círculo de Artesanos fallecidos”. No hubo más palabras para la institución, una de las más antiguas de Galicia y sin duda de la ciudad, aunque seguramente sí se reservaron oraciones privadas por ella.

“los bailes de los sábados y domingos están      levantando mucho las cuentas”, confirma el presidente

Tras los saludos de rigor tocó visitar las instalaciones de la Cocina Económica, donde saludaron a su presidente Alberto Martí y donde la junta conoció de primera mano algunos de los entresijos del comedor benéfico. En un escenario nada usual, el medio de una cocina industrial, varias representantes aseguraron que Artesanos “tiene problemas, pero no los que había porque estaba todo arruinado”.

“Debían todo a pesar de que antes tenían más subvenciones y había más socios y ahora estamos trabajando muchísimo”, resaltaron, aludiendo a que los trabajadores –que cobran cada tres meses y llevan más de un año en la cuerda floja– están colaborando en labores que no les corresponden para salir adelante.

Como los sueños, sueños son, tanto para ambas como para el presidente fue imposible escapar de la triste realidad que rodea al Circo de Artesanos. “Las cosas están bastante complicadas pero estamos al día en los pagos de los préstamos mientras que las anteriores directivas no lo estaban”, comentó Alfredo Rodríguez.

Reconoció que las aportaciones municipales por el uso del centro cívico y los “bailes de los sábados y domingos están levantando mucho las cuentas”. Los propios directivos son los que se encargan de servir copas, pinchar música o atender el ropero tras recuperar para sí la concesión.

El reto de sumar nuevos asociados va más lento, por la veintena, pero son conscientes de que estos números prácticamente solo sirven para cubrir las bajas. Los que de momento no se marchan son Enrique y Javier, los dos “artesanos” que ayer recibieron las insignias de plata por permanecer fieles al Circo durante 25 años.

Enrique, que no se presentó, dejó todo el protagonismo a Javier Malde. “No he participado en exceso en las actividades pero ahora asisto a bailes de salón, inglés...”, contó. Malde, que se inscribió en la entidad para preparar las oposiciones en su biblioteca, dijo que veía poco futuro “hace seis u ocho años y afortunadamente está aguantando”. Más vale, aunque solo sea no tirar por tierra una historia de la ciudad que comenzó allá por el 19 de marzo de 1847.

Los Artesanos olvidan “lo mal que está el Circo”

Te puede interesar