Los afectados llevan meses protestando junto en un viaducto de Alfonso Molina

Cada viernes, a las dos y media de la tarde, los expropiados por el Ofimático que aún viven allí a la espera del desalojo se reúnen en el viaducto que pasa por encima de Alfonso Molina para protestar. Llevan concentrándose por este motivo desde noviembre, cuando empezaron a recibir las órdenes de desalojo. Como es habitual, tienen cerca a la Policía Local, que vigila sus acciones. “Dicen que nuestras protestas afectan al tráfico”, comentan. Y es cierto: los conductores ralentizan su paso para leer las pancartas que cuelgan de la barandilla en las que se critica al alcalde y a la Xunta y tocan el claxon para expresar su apoyo.

En todo ese tiempo, apenas han conseguido reunirse en dos ocasiones con el concejal de Urbanismo, Martín Fernández Prado, mientras que el propio alcalde, Carlos Negreira, siempre se ha negado a reunirse con ellos, a pesar de sus reiteradas peticiones. “Esta propuesta es un paso adelante por parte del Ayuntamiento, pero sigue siendo un abuso”, se quejan. n a.p.

Los afectados llevan meses protestando junto en un viaducto de Alfonso Molina

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