Londres solicita un talento en zapatillas

Londres solicita un talento en zapatillas
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Son las cinco de la tarde en un reloj que dentro de poco se parará. Y es que la pequeña Sofía Liñares está a punto de completar sus estudios de danza en el Conservatorio de la Diputación. Lo ha hecho en tiempo récord porque en su DNI no pasa de las 14 primaveras, cuando el resto de los de su nivel rozan las 18. Lo siguiente será poner un pie en The Royal Ballet School de Londres, donde ha sido aceptada después de dejar boquiabiertos a los miembros del jurado el 27 de febrero.
Y es que la bailarina ya no tiene opción de seguir viviendo en la ciudad si quiere continuar con su carrera. Este año saldrá del edificio de la calle de La Franja con los cursos de 5 y 6º del Grado Profesional en la mochila. Cuenta su padre, José Liñares, que la única alternativa, aparte de la escuela británica, pasaría por estudiar en Madrid o Barcelona, pero no existe un centro integrado donde pueda ensayar y solucionar logaritmos a la vez.
El hecho de haber recibido un “sí” como respuesta  por parte de The Royal Ballet School es ya un triunfo porque la mayoría no pasan las pruebas. Solo los que tienen un talento especial y en este caso, a Sofía no le falta.
Lo dicen sus profesores y referentes de la danza como Víctor Ullate, que le dio clases en un curso de verano en Madrid. También Ángel Corella, que le escribió una carta muy emotiva y Lázaro Carreño, la pareja artística de Alicia Alonso, con el que tiene fotos de su paso por A Coruña. De todos ellos, Sofía fue aprendiendo lecciones que se han convertido en pequeños pasitos para llegar a dónde está hoy, la puerta de un ballet que solo acepta a los mejores.
Serán dos años y un trimestre los que curse en la capital británica y de ahí, la pequeña podrá rebotar a las mejores compañías del mundo o continuar bajo sus filas. Primero se sentará en un pupitre de la Lower School del Royal Ballet School en White Lodge, Richmond Park, en Surrey. De allí pasará con la ESO en el bolsillo a la Upper School para sacar el Bachillerato.
En todo caso, José explica que el desembolso económico será importante. El inconveniente de ser tan joven le impide solicitar todas las becas menos una que otorga la Diputación. El resto, señala el padre, se dan a partir de los 16 años. De todas formas, “tenemos que coger el tren”.
De los 1.000 bailarines que se presentan al cásting, solo 50 alcanzan la final. Y si del nivel siete, que tienen once años, “suelen coger a doce, del nivel diez de Sofía solo a uno a dos”. De hecho, José solo conoce a una profesional española que se haya formado en The Royal Ballet. A la familia les puede que a la pequeña le guste tanto bailar y el hecho de que cursar en este centro de élite será un aval para vivir de lo que le apasiona a Sofía. Así que disponen de dos meses para juntar los recursos económicos que consigan. Y para que ella se calce sus zapatillas y reparta píldoras de talento.

Londres solicita un talento en zapatillas

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