LeClub estudia medidas legales contra el organizador de la fiesta de Nochevieja

LeClub estudia medidas legales contra 
el organizador de la fiesta de Nochevieja
El dueño del LeClub alquiló su local sin saber que sería una fiesta para escolares quintana

El dueño del LeClub, Ruben Antelo se plantea tomar “todas las medidas legales posibles” contra los organizadores de la fiesta de fin de año que se iba a celebrar en su local y que al final no tuvo lugar, lo que supuso que 250 adolescentes se quedaran en la calle. Según declaró el empresario en las redes sociales, se considera “una víctima más en esta estafa” en la que él se había limitado a alquilarle el local, como ha hecho para otros eventos parecidos.
Según fuentes policiales, el problema era que a la fiesta iban a acudir sobre todo menores, estudiantes de institutos y colegios como el de los Maristas. El organizador, A.M., había “contratado” a unas estudiantes para que vendieran entradas entre sus compañeros de clase a 40 euros A cambio, ellas entrarían gratis. No es raro ver a menores en cotillones de Nochevieja, por eso la Policía Local había llevado a cabo una redada en el Playa Club en la noche del 17 al 18 de diciembre donde descubrió a 18 menores viviendo e impuso al local una multa de 3.000 euros por menor.

permisos inútiles
Por su parte, el dueño del LeClub insistió al organizador (asegura que ya desde septiembre) en que no podía dejar entrar a menores de ninguna manera. El sujeto buscó entonces una salida: obligó a los menores a llevar un permiso por escrito de sus progenitores. “Da igual que los padres les firmen en un papel, a los menores no se les puede servir alcohol, eso es por ley, y en aquel lugar iba a haber barra libre”, señalan los agentes municipales.
No está muy claro qué ocurrió (porque A.M. no ha hecho ninguna declaración pública). Los conocedores del caso creen que quizá se dio cuenta de que los permisos paternos no servirían de nada y no pudo decidirse a dar marcha atrás. El caso es que el tiempo pasó y, dos semanas antes de la fecha acordada, cuando debía acudir a abonar el alquiler, faltó a la cita, afirma el dueño del LeClub.

contactos
Siempre según Antelo, el organizador llamó poco después de que la cita frustrada para confesarle que había vendido entradas a menores de edad. Además, le dijo que no habría problemas porque “tenía contactos entre la Policía Autonómica”. Pero es la Policía Local, y no la Unidad Adscrita la que tiene competencias sobre estos casos y, además, estaba la cuestión del pago así que, pasada la medianoche, Antelo decidió no abrir la sala. Fue por eso que, cuando llegaron los adolescentes dispuestos a pasar una noche de juerga se encontraron con que la persiana no estaba levantada. Las llamadas insistentes de las jóvenes que habían vendido entradas en nombre del organizador no dieron fruto y, poco después, aparecieron las primeras unidades de la Policía Local. Los agentes levantaron acta de lo ocurrido, puesto que siete personas se planteaban presentar una denuncia.
Sin embargo, otras informaciones sin confirmar apuntan a que el organizador pretende empezar a devolver el dinero de inmediato.

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