Laura Restrepo | “Ojalá este movimiento termine en una revisión de las normas”

Laura Restrepo | “Ojalá este movimiento termine en 
una revisión de las normas”
La colombiana habló de su última novela en la Fundación Seoane | quintana

Laura Restrepo escarba en el machismo que se practica en grupo y es violento y sale “Los divinos” (Alfaguara), un libro que escribió antes del suceso de La Manada, pero que curiosamente coincide en muchas cosas porque los Tutti Frutti, a los que inventa, eran cinco y de ellos también habla como de una “manada” con macho alfa, el Muñeco, que sí existió y cometió un terrible asesinato.
Aún así, el personaje es ficción: “Solo sé lo que dio a conocer la prensa”. El resto es Bogotá y su gente, y cómo se comportan las distintas clases sociales. La colombiana estuvo ayer en el ciclo “Somos o que lemos”, que organiza la Fundación Seoane, para contar la experiencia de meterse en el cuerpo de un hombre machista “algo que no está tan explorado” para entender esas acciones brutales. En la novela no solo explora sino que se mimetiza hasta el punto de que adopta su lenguaje, le inyecta píldoras para que fluya rápido y va hasta el origen. Con sarcasmo, que es otra capa que se ponen para esconder sus puntos flacos. Comprueba así que a todos les une un infantilismo patológico y una debilidad que les hace crecerse. También que su entorno los arropa, las madres los encubren y “justifican sus conductas como que toman porque trabajan”.
Lejos de centrarse en el momento álgido de los Tutti Frutti, acude a su decadencia, sobre todo, a la del Muñeco que “ya no es seductor, no destaca en los estudios y termina trabajando con la madre, tomando y echando chistes viejos en círculos enrarecidos”. Deja de ser “el astro de la discoteca de moda para entrar en antros” en una época en la que tiene 35 “y no quiere crecer”.
Junto a estos cinco perfiles, Laura pinta a la sociedad, “que les otorga privilegios” y a las leyes. En este caso, el crimen en el que se inspira tuvo el juicio más rápido en cuanto a violencia sexual. En tres meses, el hombre escuchó su condena, 60 años entre rejas y todo un país tachándolo de culpable absoluto porque no dio pie a que saltaran los que critican a las mujeres de provocar. Aquí la única víctima fue una niña de siete años a la que sacaron a la fuerza de su arrabal: “Ojalá todo esto movimiento termine en una revisión de las normas tan marcadamente machistas”. l

Laura Restrepo | “Ojalá este movimiento termine en una revisión de las normas”

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