Las armas, que se encontraron en dos viviendas, implican a dos parejas en las mutilaciones

  De las siete personas que ayer declararon como acusadas, la Fiscalía culpa únicamente a una –Blanco Vila– de las muertes, mientras que de todas las demás sospecha que participaron en el descuartizamiento de los cadáveres y su ocultación. La tesis de la acusación sitúa esta acción en la misma vivienda de Aranga, que poco después fue un objeto de una reforma que la fiscal vincula a un intento de hacer desaparecer los indicios del crimen. Allí se requisó una rebarbadora, mientras que en casa de otros dos implicados –Antonio y Mónica– aparecieron una pistola, un hacha y varios cuchillos y catanas. Por los delitos vinculado a los mutilaciones, cada acusado se enfrenta a una petición de 10 meses de prisión, mientras que por encubrimiento se piden tres años para cada procesado.

Las armas, que se encontraron en dos viviendas, implican a dos parejas en las mutilaciones

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