Laboratorio de campeones

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Pese a su juventud, Ana Taibo, Alejandro Alonso y Juan Sanz, alumnos de 2º de Bachillerato del Obradoiro, ya están “curtidos” en competiciones de química. No en vano, cuando cursaban tercero y cuarto de ESO participaron en las “miniolimpiadas” que el Colegio Oficial de Químicos organiza en Galicia. En base a esto, afirman “no estar nerviosos”, aunque son conscientes de que la Olimpiada Nacional de Química es “algo más serio”. Para llegar hasta aquí han tenido que enfrentarse a varias pruebas y a más de un centenar de alumnos de otros centros gallegos que pugnaban por hacerse con una plaza en la “finalísima” que se celebrará mañana en Madrid.

Los jóvenes tienen opciones de clasificarse para  la final internacional que se celebra en Washington este verano

¿Su secreto? Pues, sencillamente, una habilidad innata para las fórmulas y las enseñanzas que les ha inculcado su profesora de Química, Estrella Romero. La docente comenta que no son pocos los estudiantes del Obradoiro que han participado en las distintas olimpiadas de Química, pero asegura que no se les da ningún tipo de preparación especial para las pruebas. “Son chicos que están muy implicados y tienen un gran interés por la materia”, señala Romero, que ya ha instruido a varias promociones de estudiantes. Sin ir más lejos, otra alumna del colegio –Rebeca Gómez–, se hacía con la medalla de Bronce en la edición del año pasado.

Ana, Álex y Juan confían en seguir los pasos de su compañera y poder clasificarse en un buen puesto, que les garantizaría el formar parte del Equipo Olímpico de España que ejercerá su representación en la edición de la Olimpiada Internacional de Química, que se desarrollará en Washington entre los días 21 y 30 de julio.

Aunque los tres coinciden en que lo importante para ellos es vivir esta experiencia y “pasárselo bien”. “No tenemos nada que perder y lo más interesante es poder conocer a gente que tenga nuestros mismos intereses”, subrayan.

 

Nuevas pruebas > Por el momento, ultiman los preparativos para irse a Madrid a encarar unas pruebas que este año han sufrido una ligera modificación. “Antes se les hacía un examen de cuestiones, pero ahora es tipo test”, puntualiza Estrella Romero. El concurso se completa con un examen de problemas y una prueba de laboratorio. En todas las fases, los alumnos deben aplicar los conocimientos aprendidos en sus respectivos centros, con un “plus de dificultad”. “Suelen ser un poco más complicados que los que hacemos en clase, pero esperamos que no sean problemas para químicos de carrera”, confían los finalistas coruñeses.

Los tres compaginan su preparación para la Olimpiada con los exámenes finales de Bachillerato y de acceso a la universidad, en los que también esperan obtener un buen resultado y poder elegir –en esto también coinciden– la carrera de Medicina.

 

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