La última procesión de la Semana Santa constata el auge de la liturgia en la ciudad

La última procesión de la Semana Santa constata el auge de la liturgia en la ciudad
el buen tiempo acompaã±ã³ a los fieles durante toda la maã±ana susy suã¡rez

Un auge que no aguan ni los chubascos que impidieron esta Semana Santa salir a casi la mitad de las procesiones previstas por las cofradías. La de ayer, que representa el encuentro entre Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Paz y supone el cierre de los actos litúrgicos de este año, sí salió, y lo hizo, de hecho, arropada por los escasos rayos de sol que se han dejado ver en los últimos días.
“Fue una mañana espectacular, curiosamente, solo mientras duró la procesión”, concede satisfecho Salvador Peña, que es el presidente de la junta de cofradías de A Coruña y el principal impulsor de la celebración religiosa desde la Venerable Orden Tercera. Y lo dice satisfecho y aliviado, después de que el mal tiempo impidiera sacar del templo los pasos entre el martes y el Viernes Santo.
Pero ni siquiera los reveses en forma de chaparrón evitan que la tradición de la Semana Santa, reciente en la ciudad, vaya arraigando año a año, hasta consolidar las 13 representaciones bíblicas que en la actualidad conforman el programa.

Decenas de fieles acompañaron
los pasos de Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Paz

expectación
Peña se fija en el número de asistentes, pero sobre todo en la “expectación” que suscitan estos actos de expresión popular de la devoción religiosa en la calle.
Incluso los días en que la lluvia no dio tregua y obligó a celebrar los actos previstos dentro del templo fueron muchos los que se acercaban a seguir la celebración. “Por deferencia a la gente que se quedaba fuera acercábamos las tallas a la puerta, porque aún lloviendo aguantaban con el paraguas o asomaban la cabeza”, destaca el presidente de las cofradías de A Coruña, que resta importancia al hecho de no poder sacar los pasos a procesionar: “Hicimos actos muy bonitos también dentro”.
Según confirma, esa expectación de la ciudadanía ha sido creciente en los últimos “tres o cuatro años” así que espera seguir trabajando para afianzar la tradición, a pesar de que ayer se confesaba “agotado” después de una semana intensa.

encuentro
La procesión del Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Paz, que se celebra el Domingo de Resurrección, revive el encuentro de la Virgen con su hijo después de su muerte en la cruz y está organizada por la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Entierro, de la Orden Tercera.
La representación del encuentro tuvo lugar en la mañana de ayer en María Pita, adonde llegaron los pasos después de atravesar la plaza de Carlos I, San Francisco, la plaza de Santo Domingo, Santa María, Damas, la plaza de los Ángeles, Santiago, Puerta Real y María Barbeito.
Lo hicieron arropados por la música y las decenas de devotos que participaron en la procesión, donde también tuvo su papel la Guardia Civil, que escolta la talla del Cristo durante todo su  por la Ciudad Vieja.
La talla de Jesús Resucitado es una imagen realizada a tamaño real, obra de Guillermo Martínez de Salazar, que mide 180 centímetros y está realizada en madera. Por su parte, la imagen de Nuestra Señora de la Paz data del siglo XVIII y viste un manto que se atribuye al diseñador gallego Ferreiro. n

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