Poco a poco, y no sin dificultades y sobresaltos, A Coruña va reduciendo a su mínima expresión el mapa de la infravivienda en la ciudad. Con Orillamar ya perdido en la historia y Penamoa aún humeando, los esfuerzos se centra ahora en A Pasaxe.
Quedarán después dos focos de características muy particulares, pero que coinciden en presentar unos índices de conflictividad social mucho menores que el resto: O Portiño y As Rañas.
EL EJE DEL FUTURO
El caso de As Rañas es una paradoja. El asentamiento, establecido en su día en una zona totalmente forestal y aislada del resto de la ciudad, se encuentra ahora a tiro de piedra de las dos grandes infraestructuras de comunicación: el AVE y la Tercera Ronda.
Junto a las casas confluirán las vías del AVE y la autovía de acceso a la ciudad
Pero si la AC-14 fue la excusa perfecta para acometer la asignatura pendiente de la erradicación de Penamoa, en el caso de As Rañas la ya ronda del Depor no afectará al poblado. Al contrario: las obras, que ya alcanzan el umbral del asentamiento, han traído un poco de asfalto fresco a su única carretera de acceso.
Desde hace unos días, las máquinas de la Tercera Ronda trabajan en lo que será el nacimiento de un espectacular viaducto que salvará la vía del tren, la rotonda de Pocomaco, y la falda de A Zapateira. El poblado quedará a la derecha del puente, en sentido salida de la ciudad, junto al muro de contención que se está levantando.
AUTOCONSTRUCCIÓN
Desde el departamento municipal de Servicios Sociales se explican las características específicas de este asentamiento, que lo convierten en el último de la lista a la hora de marcar las prioridades para su erradicación.
de ladrillo y cemento
El poblado de As Rañas no está compuesto por chabolas. El núcleo lo forman alrededor de una docena de construcciones de ladrillo y tejados de fibrocemento, precarias, pero bastante más sólidas que las de, por poner un ejemplo, A Pasaxe.
Los habitantes son dueños del terreno y construyeron las casas con sus manos
Tampoco arrastra un largo historial de conflictos y delitos. Salvo algún incendio forestal aislado –sus habitantes tienen en la venta de chatarra su actividad principal– y algún episodio anec- dótico de intento de cobrar peaje por usar \“su\” carretera, la Policía apenas visita la zona.
Los habitantes son propietarios de los terrenos y de sus propias manos surgieron las casas en que ocupan.
La explicación a la \“calidad\” de las viviendas hay que buscarla en el relativo éxito de dos planes de autovivienda promovidos en su día por sendas corporaciones socialistas.
El último de ellos data de 2007 y le fue encargado al arquitecto Santiago Cirugeda, quien a base de estrategias de formación y de facilitar los materiales logró que las viviendas mejorasen los problemas de humedades y deterioro que arrastraban. Y ahora tendrán \“autopista\”. n