La procesión de los Dolores destapa la pasión de la Semana Santa coruñesa

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  r.l. > a coruña

  No hubo que esperar a que pasara la tormenta como en años anteriores porque el clima fue más que piadoso, con temperaturas que rozaron los veinte grados a media tarde. La Virgen de los Dolores abrió, como es habitual, la Semana Santa. Lo hizo con puntualidad británica, a las 20.00 horas, algo que agradecieron los cientos de devotos que esperaban su salida del templo de San Nicolás.
El paso, organizado por la congregación del Divino Espíritu y María Santísima de Los Dolores, salió a hombros de 18 porteadores, que fueron ovacionados por cientos de fieles que este año pudieron disfrutar de un recorrido a paso ceremonial.
Los costaleros levantaron la talla de más de 300 kilos a la salida del templo, y comenzaron a moverla de lado a lado, como es habitual, hasta que recibieron la orden del capataz, que llamó con el martillo, colocado en el frontal de los respiraderos, a los cofrades para avisarles de la alzada de la Dolorosa. Fue entonces cuando los feligreses aplaudieron el esfuerzo de los cofrades y no faltó alguna lágrima de emoción y reverencias a la santa.

Centenaria >La talla que discurrió por la zona centro de la ciudad y que abrió los cortejos de La Pasión data de 1809, es de madera policromada y representa a la madre de Cristo doliente con los siete puñales (los siete dolores)  clavados en el corazón. La imagen mariana, que representa el sufrimiento por la muerte de su hijo, escoltada por decenas de mujeres ataviadas de luto y mantilla española, recorrió las calles de Bailén, Barerra, Estrecha de San Andrés, rúa Nueva y la calle Real antes de regresar al templo de la Pescadería.

Dispositivo >Antes de que la gente se diera cita en la portada de San Nicolás, la Policía Local estableció un dispositivo especial para evitar que los vehículos interrumpieran el paso mariano. Los agentes se vieron obligados a cortar el paso en San Andrés durante quince minutos para dar vía libre a la comitiva religiosa.
Una hora más tarde la Virgen regresó a la iglesia de San Nicolás. Allí la maniobra de entrada de los costaleros, que salvaron a pulso el portalón del templo, recibió una nueva ovación. Los asistentes usaron el mobiliario urbano como balcón privilegiados desde donde seguir la procesión.
Como cada año, las formaciones corales coruñesas se apostaron en la rúa Nova y ante el Casino para cantarle a Nuestra Señora, momento especialmente respetado por los feligreses.
Este año la Semana Santa contará con trece procesiones, una más que el año anterior, tras la incorporación al calendario del paso del Cristo del Amor, el Perdón y la Misericordia, que saldrá el lunes desde la Venerable Orden Tercera. La Dolorosa supuso el arranque de la Semana Santa en la ciudad, aunque hoy sábado no habrá ninguna comitiva. Mañana será el turno de La Borriquilla –la favorita de los niños–, que saldrá de la iglesia de Los Capuchinos, en la calle de Federico Tapia.


 

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