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jueves | 25 abril | 2024
Cuando Sus Majestades, los Reyes de Oriente, visiten esta noche los hogares coruñeses para dejar sus regalos, es posible que descubran que muchos de los reyes de esas casas se encuentran ausentes: estarán en los jardines de Méndez Núñez en donde se tiene noticia de que se han citado cientos de jóvenes para participar en el botellón.
Según parece, los organizadores de este evento lo celebran con la intención de desquitarse de la Nochevieja, cuando cientos de menores que no pudieron entrar en las discotecas de la ruta de Nochevieja y que piensan, así, quitarse el mal sabor de boca que les dejó el fin de año. Las autoridades han reforzado por este motivo los habituales dispositivos de vigilancia del ocio nocturno, tanto de la Policía Nacional como de la Local.
Es habitual que los botellones con más público coincidan con las grandes fechas festivas del calendario universitario, pero las clases no se retomarán en las facultades hasta el próximo lunes y fuentes policiales insisten en que han recibido informaciones de que la reunión multitudinaria que se espera para esta noche se celebra al hilo de lo ocurrido en la noche del 31 de diciembre al 1 de enero. Entonces, los menores veían cómo les era vedado el acceso a Ola-Green y Pirámide por tratarse de discotecas, en las que está prohibido el acceso al público que no tenga la mayoría de edad a no ser que los menores vayan acompañados de sus padres.
Aquello decepcionó a los jóvenes, que vieron cómo se arruinaba lo que para muchos era su primera noche de fin de año fuera de casa. Es eso lo que les realmente les importó: no se trataba de beber alcohol, sino de participar en una fiesta, asegura Beatriz Calviño, madre de una de las afectadas y portavoz oficiosa de los padres, que destacó el comportamiento ejemplar de los menores y negó que, de darse el macrobotellón, este haya partido de ellos a través de las redes sociales. Lo que sí hay es la propuesta de algunos de concentrarse el sábado ante el Ola-Green en protesta por el trato recibido.
Expediente > Mientras tanto, las autoridades, tanto municipales como autonómicas, han tomado cartas en el asunto. El teniente de alcalde, Julio Flores, se reunió ayer brevemente con la delegada territorial de la Xunta, Belén do Campo, tras lo cual se anunció un expediente de investigación para derivar la responsabilidad.
Será el Ayuntamiento el que se encargue de realizar una vigilancia permanente para aclarar lo sucedido y que actuará contundentemente en caso de que exista algún tipo de infracción pero también hizo un llamamiento tanto a padres como a menores para que antes de adquirir una entrada de ocio nocturno recuerden que no pueden beber alcohol ni tampoco acceder a este tipo de locales.
Calviño negó que la polémica hubiera surgido de la irresponsabilidad de los padres, o incluso de los menores: En esos mismos establecimientos se habían celebrado fiestas privadas en los que también participaron niños menores de 18 años, y si permitimos que fueran era porque creíamos que era exactamente igual. Para ella, la polémica se ha centrado en torno al consumo de alcohol a menores, en vez de en una mala praxis empresarial.
También los organizadores, un grupo de universitarios, tendrán que hacer frente a sus responsabilidades por haber realizado un espectáculo público sin haberse dado de alta en el registro de empresa, sin pagar el Impuesto de Actividades Económicas y por no disponer de los seguros necesarios, lo que podría hacer intervenir a la Agencia Tributaria, habida cuenta que se calcula que se vendieron 4.000 entradas a 40 euros cada uno.
Para Flores, aquí hay cuatro puntos que aclarar: ¿Existía un contrato de alquiler de los locales? ¿Se dio acceso a menores a esos locales? ¿Se suministró bebidas alcohólicas a esos menores? ¿Tenían el permiso especial que se necesita para celebrar una fiesta con menores?.
