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sábado | 20 abril | 2024
Los armadores de bajura coruñeses siguen esperando por su planta de procesado de pescado. Lo que hace seis años era un “sueño” –así lo definen– que les podía permitir vender sus productos sin intermediarios y así controlar los precios se está convirtiendo en una pesadilla. El presidente de Arcopeba (Armadores Coruñeses de Pesca de Baixura Asociados), Manuel Iglesias, se muestra impotente porque ya no sabe que hacer.
Primero denunció el retraso en la entrega de la planta una vez finalizaron las obras que tenían por objeto trasformar la antigua lonja de la ciudad en el nuevo punto de venta, después criticó el resultado de las mismas, puesto que, según Iglesias, no cubría las necesidades y finalmente, una vez en sus manos, alerta de que no se puede abrir porque carece de los permisos pertinentes.
La Xunta evita dar plazos, después de que no se cumpliese el de mayo
En el último encuentro con la conselleira do Mar, hace unos dos meses, Rosa Quintana se comprometió a solucionar la situación, herencia del Gobierno anterior, pero a día de hoy no se ha dado ningún paso. De hecho, desde el departamento autonómico se niegan a marcar una nueva fecha de apertura después de que no se cumpliera el último plazo marcado. Desde la consellería esperaban que en mayo se pudiera abrir la planta pero finalmente no fue así y se desconoce cuándo se solucionará el problema que tiene que ver con los requisitos sanitarios.
“Nos sentimos totalmente estafados por el bipartito anterior y sin soluciones del actual gobierno”, declara el marinero, que ya no piden que equipen la nave con la maquinaria y demás material necesario, sino únicamente que se adapte a la normativa comunitaria. “Eso es un almacén para carnadas y no apto para consumo humano”, asegura Iglesias.
Pero aunque no se haya puesto en marcha, el Puerto ya le concesión la concesión a Arcopeba hace dos años, tiempo durante el que la asociación debería haber abonado sus cuotas, que ahora la Autoridad Portuaria le reclama.
más de 400.000 euros
El proyecto inicial fue diseñado con ayuda de alumnos de la Universidad y fue muy buen valorado por el Gobierno central porque lo consideraba positivo para el sector y animaba a llevarlo a cabo. La Xunta, también fue de la misma opinión y, aunque con modificaciones, aceptó otorgar la subvención, que hasta ahora no ha tenido utilidad.
La entonces Consellería de Pesca destinó a la reforma de la antigua lonja 402.000 euros, que según el armador solo sirvieron para “pintar y poco más”, cuando en la propuesta que había presentado el colectivo se incluía todo lo necesario para la puesta en marcha de la empresa. n
