La isla pitiusa fue quince horas atlántica

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  Reportaje de m.g.m.

Faltaba el sol de Ibiza pero ExpoCoruña supo contagiarse del ritmo al que se mueve la isla pitiusa en una primera edición del Amnesia Ibiza Festival, que desplazó una de sus mejores discotecas hasta esta punta del Atlántico.
La esencia de la pista que más turistas pisan en los veranos mediterráneos se coló por el recinto ferial en una jornada que solo tenía hora fija de comienzo y que se prolongó hasta bien adentrada la madrugada. Los presentes pudieron ver en directo la puesta en escena de Óscar Mulero, Tiefschwarz, Joseph Capriati y Marc Antona.

Los que más suenan > Ellos se encargaron de poner una banda sorona perenne que continuó con otros de los nombres que más suenan dentro de la música electrónica. Ricardo Villalobos, Chris Liebing, Alexander Kowalski live, Gaiser live, Mar T, Toni Varga, Marc Maya, Uner y Javy Union fueron algunos de los culpables del maratón de dance que sirvió de despedida a la temporada de calor en una comunidad donde los grados apenas pasaron de treinta de julio a septiembre. Sin embargo, el ejército de gogós del local ibicenco hizo que la temperatura alcanzara ayer altas cotas.
Amnesia desplegó en ExpoCoruña dos escenarios que no pararon de disparar sonidos electrónicos durante quince horas seguidas con la instalación de un soundsystem de alta calidad que puso a la infraestructura a la altura del club pitiuso con visuales, pantallas de leds, iluminación y todo tipo de elementos decorativos que permitieron una simulación perfecta de lo que ocurre todos los fines de semana en Ibiza cuando el sol se oculta entre las rocas.
Si bien Óscar Mulero aprovechaba la cita para ofrecer los temas de su último trabajo, “Grey faces to Green”, el italiano Joseph Capriati desembarcó en la ciudad los ritmos más underground, que oscurecieron una pista que se volvía a iluminar con la aparición de Tiefschwarz.
El colectivo electrohouse alemán brilló de nuevo en  una noche, donde tampoco pasaron desapercibidos Robert Dietz o Marc Antona.


 

La isla pitiusa fue quince horas atlántica

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