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jueves | 25 abril | 2024
En la última semana, al menos cuatro chalés han sido asaltados en el área metropolitana, en lo que fuentes de la Guardia Civil describen ya como una nueva “oleada” de robos. La mayoría han tenido lugar en Oleiros durante el fin de semana: el sábado, el domingo y el pasado lunes. Un cuarto se cometió en una vivienda de Gandarío, Bergondo, el jueves a última hora de la tarde. Por el momento, en el Instituto Armado sospechan que esta serie de robos es fruto de una única banda itinerante de delincuentes organizados.
En todos los casos, los delincuentes se limitaron a registrar los dormitorios principales de las viviendas, que aparecieron revueltos, llevándose distintas cantidades de dinero en metálico (en el de Gandarío fueron 700 euros), pero a los investigadores les llama la atención que en ningún caso se llevaran la joyas. Resulta extraño porque en algunas de las viviendas allanadas había gran cantidad alhajas y en una, incluso, una colección completa de relojes.
Lo habitual es que los criminales que se dedican a asaltar chalés busquen precisamente joyas por su alto valor y pequeño tamaño. Los agentes de la Guardia Civil barajan que, como en la colección de relojes los había tanto auténticos como falsificados, debieron creer que todos eran imitaciones y por eso no los llevaron. Además, por lo menos en uno de las viviendas allanadas todavía no se ha hecho un recuento exacto de lo robado porque sus dueños se encontraban de viaje.
origen extranjero
Otro hecho que despierta el interés de los investigadores es que, durante uno de los robos, cometido en San Pedro de Nós, los ladrones se llevaron un coche estacionado en el garaje. Se trata de un Saab de alta gama, pero no es habitual que los asaltantes de chalés se lleven vehículos, sin importar su precio. “Es muy probable que sean de origen rumano”, según apuntaron estas mismas fuentes.
No es la primera vez que se registran sucesos de este estilo en el área. En 2008 y en 2010, también se denunciaron varios asaltos a chalés. En algunos de ellos los ladrones llegaron a usar la fuerza contra los habitantes de las casas que allanaban. En la última oleada de robos, la de 2010, no se pudo detener a la banda, a pesar de las sospechas que tenía la Guardia Civil de que también se trataba de una banda extranjera que se había establecido por la zona. n
