10º-19º
viernes | 19 abril | 2024
Para la Fiscalía, la confesión que prestó ante la Policía el hombre sentado ayer en el banquillo de la sala de lo penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia sobre la muerte por asfixia de una mujer en abril de 2007 resulta una prueba de cargo válida para respaldar su condena. Así lo entendió también el jurado que en enero lo condenó por el homicidio de la compañera sentimental de su primo, y lo culpó también de haber prendido fuego al cadáver en un paraje del municipio de Xunqueira de Espadañedo, en Ourense.
Lo que ayer se celebraba era la vista de apelación a la sentencia por la que la Audiencia ourensana impuso al acusado de aquel crimen 11 años de reclusión. Contra ella recurrió, por una arte, la defensa, y por otra, la Fiscalía y la acusación particular, que ejercen la madre y la hija de la fallecida. Si para la representación legal del procesado, la resolución del tribunal del jurado quebrantó el principio de presunción de inocencia, para la Fiscalía, las pruebas que motivaron el veredicto son válidas y suficientes, incluso en un procedimiento con jurado; es por ello que solicitó a la sala de lo civil y penal la desestimación del recurso en su favor, alegando que la defensa pretende volver a valorar la prueba a su conveniencia.
Como recordó el fiscal, el hombre sentado en el banquillo prestó cuatro declaraciones a lo largo del proceso, todas diferentes. Pero la relevante es, a su criterio, la que hizo a la Policía una vez detenido. En esa comparecencia aportó, según el Ministerio Público, datos no facilitados a la prensa sobre el modo de la muerte, por asfixia, de la mujer, y detalles que solo el autor podía conocer, como el tipo de combustible que se usó para quemar el cadáver, aguarrás. Ya ante el juez, y más adelante en la vista, el procesado renegaría de aquella declaración, e intentaría culpar al compañero sentimental de la víctima.
El Ministerio Público se posiciona contra el recurso de la defensa y a favor del de la acusación particular, que ayer reclamó una indemnización mayor para la madre y la hija de la fallecida, que todavía es hoy menor de edad. La sentencia les otorgó 52.500 euros. A ojos del fiscal, con esa cuantía el daño ha quedado poco valorado.
