La defensa alega falta de pruebas para pedir la absolución de los acusados de traficar en San José

La defensa alega falta de pruebas para pedir la absolución de los acusados de traficar en San José
la policã­a vigilã³ las casas entre agosto del aã±o pasado hasta enero, cuando se hizo el registro javier alborã©s

A la falta de pruebas directas contra las nueve personas sentadas desde el lunes en el banquillo de la Audiencia Provincial se remitieron, pedir al tribunal la libre absolución de todos ellos, los abogados defensores de los acusados, que lo están por haber trasladado la venta de estupefacientes desde Penamoa hasta varias casas semiabandonadas de la zona de San José.

Fue en agosto del año pasado cuando la Policía Nacional puso en marcha el operativo de vigilancia sobre las tres viviendas de la avenida de Finisterre, mediante el que pudo constatar un trasiego diario de toxicómanos hacia las viviendas. También logró identificar a las personas que allí residían, entre ellas varios miembros del clan gitano de “la Mora”, ya conocido por sus actividades ilegales en Penamoa, con su matriarca al frente.

De los 14 consumidores a los que los agentes interceptaron a su salida de alguna de las casas, ninguno reconoció haber acudido a la zona próxima a la refinería para comprar droga y, de hecho, los cuatro que fueron llevados al juicio aseguraron que eran amigos de los residentes y acudían allí de visita, llevando ya consigo sus dosis.

Esta es una de las razones que sustentan las tesis defensivas. Pero hay más. Tal como recordó ayer, por vía de informe, el letrado de dos de los encausados, Diego Reboredo –del despacho de José Ramón Sierra–, ninguna de esas 14 personas registradas procedía de la vivienda donde residía la pareja a la que él representa. Allí, la Policía encontró una bolsa con 21 gramos de heroína y algo más de 1.700 euros, algo a lo que los moradores tuvieron explicación. “Soy prostituta y estoy orgullosa, porque gracias a eso no tengo antecedentes”, declaró el lunes la acusada, que vinculó el dinero con sus ingresos profesionales y aseguró haber estado ahorrando para “arreglarse los dientes”. En cuanto a la droga, según sus palabras, la habría adquirido a medias con el otro procesado para cubrir sus necesidades semanales: dos gramos por día.

 

con horario de venta

De la investigación, la Policía obtuvo otro dato: que los residentes en las viviendas de San José se marcaban horarios para repartirse los clientes, de manera que la mañana y la primera hora de la tarde era para “la Mora” y las últimas horas, para estos acusados. Sin embargo, y como también subrayó este abogado, las 14 actas de aprehensión levantadas tras registrar a los toxicómanos que allí acudían apuntan a las casas ocupadas por la matriarca y varios de sus familiares.

Pero, a ojos del letrado de la matriarca del clan y otros cinco acusados, el penalista Manuel Ferreiro, eso no significa que fuera allí donde adquirían los estupefacientes. Como puso ayer de relieve, la Policía, pese a mantener el operativo cinco meses, nunca pudo presenciar una de esas supuestas transacciones, por la que “la Mora” se enfrenta a una petición de condena de seis años de reclusión y sus compañeros de banquillo, de tres años y siete meses. Según este letrado, en la casa de la principal acusada ni siquiera se encontró ninguna sustancia ilegal.

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