La crisis dispara la especulación con los nichos del cementerio de San Amaro

La crisis dispara la especulación con los nichos del cementerio de San Amaro
CEMENTERIO

En los tiempos que corren parece que ni los muertos pueden descansar en paz. Si la venta de nichos entre particulares en la ciudad ya era habitual antes de la crisis, las ofertas para comprar de un habitáculo donde “cambiar de mundo” se han incrementado notablemente en la ciudad en el último año por causa de la crisis. El cementerio de San Amaro es el más ofertado y también el que tiene más demanda en estos momentos dado que las concesiones están cerradas por la alta ocupación que presenta. El problema es que no todos los negocios supuestamente seguros lo son.

La bajada de ingresos por la crisis está obligando a algunos coruñeses a agudizar el ingenio y para ganar dinero surgen métodos de todo tipo. Uno de los recursos que más se utiliza parece ser la venta de nichos, cuyos dueños o concesionarios dan distintos motivos para deshacerse de ellos pero que en el fondo responden a la necesidad de conseguir liquidez. Basta una rápida y simple búsqueda en Google para descubrir una lúgubre oferta de sepulturas en el camposanto de San Amaro, el principal cementerio municipal.

El precio de las sepulturas oscila entre los 12.000 y los 13.000 euros y las rebajas son casi imposibles

En general, los particulares ofertan sus nichos entre los 12.000 y los 13.000 euros y hay algunos que lo venden con gran rapidez, según afirman, ya que las instalaciones del barrio de Monte Alto se encuentran llenas y existen pocas posibilidades de conseguir ser enterrado allí.

Si bien es verdad que en San Amaro existen sepulturas en propiedad con las que se puede negociar una compra-venta sin problemas ni impedimentos, hay muchas personas que, aprovechando el interés de los ciudadanos, venden como propiedades unos lugares de los que disponen tan solo en régimen de concesión.

Al llamar a algunos de los números que aparecen por internet se pueden encontrar todo tipo de argumentos: desde una mujer que vende porque su madre se quiere incinerar y se niega a “pagar cada año para nada” –algo que demuestra que la suya es una concesión aunque pida 12.000 euros por ceder el espacio a otro– hasta otra persona que pone el precio en 13.000 euros para una supuesta propiedad pero, que después de insistir, reconoce que lo que está intentando traspasar es tan solo una concesión. Además, negociar una rebaja es improbable.

La especulación llega a tales puntos que asegura que es por 100 años, si bien ya se han agotado 35 años y, aunque una familia lo compre, no será a perpetuidad para ella salvo que así lo decidan desde el Ayuntamiento. Además, una cesión voluntaria no conllevaría más dinero que la cuota que impusieran desde el departamento correspondiente.

Los argumentos para dar salida a los nichos son curiosos porque, incluso a la hora de pasar a la otra vida, importa si desde el habitáculo se ve el mar, si es “una zona estupenda”, o si la altura es la adecuada para después poder limpiar y colocar flores a los familiares.

Sin embargo, en muchos casos y por muchas excusas que se pongan, no deja de tratarse de una forma de especulación “inmobiliaria” puesto que fuentes municipales y distintos abogados aseguran que no se puede vender de esta manera una concesión.

“La concesión se transmite a herederos y cuando no se hace a herederos, como es el caso de muchos anuncios, el dinero se entrega a espaldas del Ayuntamiento”, explica el abogado Jorge Vázquez. Aunque la jurisprudencia en estos casos es compleja y se entrecruzan distintas leyes de distintas administraciones, la letrada Laura Ramil asegura que aunque hay casos en los que sí se dispone de los nichos a perpetuidad “ello no significa que exista propiamente hablando una propiedad privada del enterramiento, al ser esta incompatible con el carácter de dominio público del cementerio municipal”. “Del carácter concesional de los derechos del particular se derivan unas consecuencias habida cuenta de que el municipio continúa siendo titular del dominio público”, insiste Ramil, que afirma que por ello se pueden establecer “limitaciones al uso del bien”.

Ante estas circunstancias, muchos coruñeses deberían asegurarse bien de lo que adquieren si no quieren toparse con sorpresas desagradables en el futuro.

La crisis dispara la especulación con los nichos del cementerio de San Amaro

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