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jueves | 25 abril | 2024
Una de las consecuencias de la crisis económica es que la compra de oro se ha disparado, y A Coruña no es ajena a este fenómeno: en el último mes se han abierto cerca de diez nuevos negocios de este tipo tanto en la ciudad como en otros ayuntamientos del área metropolitana, de manera que ya son 41 los establecimientos que atienden a aquellos que desean obtener de forma rápida efectivo a través de la venta de joyas. De momento, en A Coruña coexisten tanto franquicias de empresas grandes como pequeños negocios independientes, aunque el rápido aumento de la competencia hace prever que muchos de estos establecimientos menores desaparecerán en un futuro próximo.
Sin embargo, el gerente de Inverprix, Santiago Rodrigo, advierte de que eso no significa que el número vaya a caer de aquí a un año: Lo que ocurre es que hay mucha gente que cree que esto de la compra de oro debe de ser un buen negocio por la cantidad de empresas que se abren, y no comprende que ya no es así, que hay mucha competencia. El fenómeno es análogo al de la burbuja inmobiliaria, cuando proliferaban las agencias montadas por gente que hasta entonces era ajenas al sector y que habían decidido que ellos también querían beneficiarse de su auge.
Un auge que comenzó en A Coruña hace tres años, cuando empezaron a instalarse en la ciudad las primeras empresas de compra de oro en la calle de las joyerías por excelencia: la Real. La Milla de Oro fue de las primeras. Antes de que llegáramos nosotros no había ningún lugar donde vender oro, quitando las joyerías, pero después vinieron los demás explica José Manuel Vilas, que añade que la misma firma tiene sucursales en Ferrol, Boiro y Ribeira así como en toda España.
Antonio Amor, joyero en esa misma calle, matiza esta información. Siempre hubo tres o cuatro sitios de referencia en al ciudad, aparte del Monte de Piedad, porque a los joyeros siempre nos preguntaban por ellos, pero no lo que ha habido ahora.
Gastos > Por su parte, Inverprix lleva dos años funcionando, y fue de las primeras pequeñas empresas en instalarse en A Coruña. Su gerente se toma con tranquilidad la burbuja del negocio del oro: La mayor parte de la gente se va a acabar estrellando cuando se den cuenta de que no pueden hacer frente a tantos gastos.
El capítulo de los gastos es algo que también recalca Vilas. Nosotros estamos haciendo una inversión bastante fuerte en promoción, por ejemplo. Nos publicitamos mucho, y ese es un gasto que no pueden hacer las pequeñas empresas. Otras firmas, como Orocash-Orobank, tienen incluso dos sucursales en la ciudad, una en la avenida de Finisterre y otra en la de la ronda de Outeiro. También en esta misma calle se encuentran las oficinas de Spress Oro Company SL.
La empresa abrió sus puertas el año pasado. Y desde entonces el negocio sigue en auge, la gente sigue viniendo a vender sus joyas, apuntan. Otro establecimiento, que se unió a esta moda en marzo, reconoce que la competencia ha servido para aumentar ligeramente el precio del oro, porque en no todos los establecimientos se compra el metal al mismo precio y la ley de la oferta y la demanda marca su rigor: En cuanto ven que el mercado cambia, mis jefes van y me llaman para que suba el precio o lo baje.
Pero detrás de todo este fenómeno, Amor sospecha que se encuentran tan solo un puñado de nombres, que se hacen la competencia a sí mismos para no dejar un hueco a nadie más: Es algo parecido a lo que se vivió con las tiendas de telefonía, que se ponían varias en la misma calle de manera que no eran rentables. En todo caso, nadie niega que este es un mercado que solo puede prolongarse mientras lo haga la crisis, que es la principal causa de que el oro se haya convertido en el refugio de los inversores y en el último objeto que vender para las personas que han perdido en ella sus recursos.
