La Ciudad Vieja registra los mismos niveles de ruido que antes de prohibirse el botellón

El Ideal Gallego-2011-04-11-003-4045929al.f. > a coruña
  La declaración como Zona de Especial Protección (ZEP) de todas las calles de la Ciudad Vieja ha servido para acabar con el botellón en espacios tan emblemáticos como el atrio de la Colegiata de Santa María, según corroboraron los propios vecinos. Sin embargo, de momento, la medida no ha tenido repercusión en los niveles de ruido de las noches de fin de semana, que se mantienen prácticamente iguales que antes de que la junta de gobierno diera luz verde a las restricciones de las concentraciones en la vía pública.
Los sonómetros instalados por la Concejalía de Medio Ambiente en la plaza de Santa María revelan –según los datos recogidos en la web municipal– que en las últimas noches que los jóvenes aún pudieron reunirse en la calle para beber, los niveles de ruido superaron los 60 decibelios, alcanzando los 61,3 en la madrugada del sábado 26 de marzo al domingo 27. Una semana después, cuando la Policía Local ya controlaba la zona para evitar el fenómeno y hacer cumplir la normativa, los valores se mantuvieron prácticamente iguales. Solo en la noche del viernes al sábado 3 de abril fueron ligeramente inferiores a 57 decibelios, si bien un día más tarde estos alcanzaron los 64,4.
La explicación a estos resultados es la cercanía de diversos bares de copas en la zona. El buen tiempo, asimismo, propició que muchos clientes salieran con las consumiciones al exterior de los locales. Con todo, en ningún caso, ni antes de la prohibición, se superaron los 65 decibelios que establece la ordenanza municipal como el máximo tolerable por los vecinos, algo que sí ocurría en otras zonas en las que se instaló el botellón durante un tiempo, como la plaza del Humor, la de Santa Catalina o la de Azcárraga. Precisamente en esta última, desde que se declaró zona ZEP, el ruido apenas alcanza los 56 decibelios en las noches de fin de semana, estando por debajo de los 50 el resto de días.
En todo caso, los residentes en el casco antiguo se muestran satisfechos con los primeros resultados de la medida aplicada por el Ayuntamiento, pues sus protestas no solo estaban dirigidas a reducir las molestias sonoras, sino también a evitar el deterioro del patrimonio y la basura que generaban las concentraciones en la calle.
Hace poco, el ejecutivo municipal finalizó la colocación de toda la señalización que hace referencia a la ordenanza de convivencia, en la que se incluye la disposición de zona ZEP. Además, los primeros días se reforzará la vigilancia, aunque la primera experiencia se saldó con resultados positivos.  
La situación vivida en la Ciudad Vieja resulta distinta a la de otras zonas de A Coruña. Si las ZEP han conseguido hacer disminuir los niveles de ruido nocturno en aquellos lugares en los se implantaron, la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) no ha tenido el mismo efecto en el Orzán. Allí, los residentes denunciaron varias veces que las molestias ocasionadas por el ruido seguían prácticamente igual que antes de las limitaciones.
En los últimos meses, sin embargo, estas han descendido algo, si bien los viernes y sábados se encuentran todavía por encima de lo recomendable, alcanzando en las horas punta de la movida nocturna los 70 decibelios.

La Ciudad Vieja registra los mismos niveles de ruido que antes de prohibirse el botellón

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