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miércoles | 24 abril | 2024
La sección primera de la Audiencia Provincial ha fijado para el próximo día 22 el juicio oral contra el hombre de nacionalidad marroquí que fue detenido en junio de 2010 como autor de un tiroteo perpetrado en la calle de Albert Camus, en el entorno de la Domus, contra su exesposa y una de sus hijas. En el suceso solo la mujer resultó lesionada, al recibir el impacto de una bala en la cara, pero la Fiscalía acusa al hombre de dos delitos de intento de homicidio, tenencia ilícita de armas y otros delitos que pueden costarle hasta 26 años de cárcel y 30 de pérdida de la patria potestad sobre sus tres descendientes.
Tal como adelantó este periódico, el escrito de acusación le culpa además de varios episodios de malos tratos en el ámbito familiar y de quebrantamiento continuado de medida cautelar, referentes a la relación que mantenía con su excompañera y sus hijas.
Según las conclusiones que el fiscal llevará a juicio a final de mes, el tiroteo fue el último de los incidentes violentos que protagonizó el encausado, quien antes de ser detenido intentó quitarse la vida ingiriendo un litro de una sustancia anticongelante. Uno de aquellos episodios previos había dado pie a que, en marzo de aquel año, un juzgado de instrucción dictara una orden de protección sobre la víctima para evitar que su exmarido se comunicase con ella o se le acercase.
Bofetada > Fue una bofetada, que la mujer, también de procedencia marroquí, recibió en el curso de una discusión de pareja cuando todavía convivía con el acusado, y que le causó una lesión en la cara que requirió asistencia sanitaria.
Ese fue, según el escrito de acusación, el hecho que marcó la ruptura de la relación sentimental, si bien no supuso el final de los contactos entre ellos, y antes del día del tiroteo, ambos se citaron en otra ocasión, el 6 de junio de 2010, con el pretexto de que el hombre viera a sus hijas.
El segundo encuentro, dos días más tarde, casi les cuesta la vida a la mujer y a la mayor de las niñas, las únicas que acudieron a verse con el procesado. Siguiendo el relato que se formula en el escrito de calificación del fiscal, el hombre apareció con un regalo para una de las hijas, pero también llevaba una pistola semiautomática, que sacó cuando tuvo a sus familiares a unos diez metros.
Siguiendo esta versión de lo ocurrido, apuntó en primer lugar a su mujer y le disparó, hiriéndola en el rostro, para a continuación echar a correr detrás de su hija, que intentaba huir. Volvió a disparar contra ella, si bien esta vez no alcanzó el objetivo, y la bala quedó incrustada en el piloto trasero de un autobús que estaba estacionado en la misma calle.
Con intención > La conclusión del Ministerio Público es que el hombre que ocupará el banquillo disparó las dos veces “con intención de matar”. Si no lo logró, en el caso de su expareja, es porque la bala atravesó de forma lateral el cráneo de la víctima, pero sin afectar a ningún centro vital.
Para curarse, la mujer precisó varias intervenciones quirúrgicas, y todavía conserva secuelas –estéticas y de movilidad–, por las que el fiscal reclama en su favor una indemnización de 43.000 euros.
