La Audiencia juzga a cuatro hombres por un alijo de dos kilos de cocaína casi pura

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  La Audiencia coruñesa dejó ayer visto para sentencia el juicio abierto a cuatro hombres, que fueron detenidos en la ciudad en julio de 2010 por su presunta relación con un alijo de dos kilos de cocaína pura al 80%, aprehendido en el vehículo de uno de ellos en aquellas fechas, cuando regresaba de un viaje a Madrid. La Fiscalía vincula a tres de los sospechosos de forma directa con el paquete y solicita penas de nueve años de prisión y 500.000 euros, al considerar que los acusados –familiares entre sí– habían organizado un sistema para comprar en la capital sustancias ilegales y posteriormente transportarlas en A Coruña para su distribución entre terceras personas. “Un viaje no es indicio de delito alguno”, rebatió ayer el abogado de la defensa, Manuel Ferreiro, que descarta la relación de tres de los detenidos con la cocaína interceptada por la Guardia Civil. Solo admite la implicación de uno de los hombres en el banquillo en la venta de droga, el único que, según expone, “tuvo disponibilidad” de la sustancia. De él reconoce que ejerció como “mula”, pero justifica su acción delictiva por su toxicomanía, por lo que pide una pena reducida de seis años.
Para el resto, la defensa reclama la libre absolución, al no ver acreditado que pueda implicárseles en el negocio del narcotráfico. Como recordó ayer al tribunal de la sección primera, la única relación entre todos ellos con la investigación es una vivienda en Arteixo, propiedad de uno de ellos, a la que varios tuvieron acceso en aquellos meses, y que la Guardia Civil considera el lugar donde la banda almacenaba las sustancias para la venta posterior.
Fue sometida a registro un día después de la interceptación del alijo de cocaína y de la detención de los sospechosos. En él, según refleja el informe del Ministerio Público, se decomisaron algo más de 200 gramos de resina de cannabis, 26 de marihuana, cinco de cocaína y cinco de MDMA.

En pesetas > En el lugar donde apareció parte de la droga, una caja cerrada bajo llave, había también unas hojas con anotaciones manuscritas que el fiscal relaciona con las operaciones de venta. Pero el hecho de que los apuntes sobre las supuestas deudas estuvieran registrados en pesetas lleva a la defensa a dudar de la eficacia de esa prueba como demostración de que las sustancias intervenidas estaban dirigidas al narcotráfico, y no al consumo personal. “Si –las anotaciones– son deudas de algo delictivo, serían anteriores al año 2000 y por tanto estarían prescritas”, adujo, antes de puntualizar  que tampoco hay pruebas de que la escritura perteneciera al propietario de la vivienda.
En cuanto a los otros dos encausados, la investigación destapó que en las semanas previas a los arrestos al menos uno de ellos pasó por la vivienda de Arteixo, pero el encausado argumenta que pernoctó allí en una visita a su familia.
Para la defensa, el hecho de que estos dos hombres fueran vistos en el domicilio no prueba que tuvieran conocimiento de que en él se escondiera droga, tal como se constató durante la intervención policial realizada una semana después de su última estancia.

La Audiencia juzga a cuatro hombres por un alijo de dos kilos de cocaína casi pura

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