La Audiencia impone dos años al ganador de Pasapalabra por estafar 96.000 euros

El Ideal Gallego-2011-12-10-008-23904e1a

    a.b. > a coruña  .

  Como un “ardid con traje contractual y apoyo ficticio en póliza de seguro” describe la Audiencia Provincial el negocio que hasta 2006 administró desde una oficina de la calle de Venezuela el coruñés que un año después de se convertiría en el máximo ganador del concurso televisivo Pasapalabra al hacerse con un bote de 240.000 euros. Su empresa, una asesoría financiera, cerró aquel año, dejando a deber a tres de sus clientes 96.500 euros y, tras la denuncia de estos, una sentencia acaba de determinar que el negocio era fraudulento. En consecuencia, su propietario ha sido condenado a dos años de cárcel y a la devolución del dinero, más los intereses, como responsable de un delito continuado de estafa.
Porque, a criterio del tribunal, la confianza que generó en su clientela se basó en varios presupuestos falsos; el principal, la garantía de que devolvería todo el dinero invertido, garantía que demostraba mediante una póliza de seguros con la que hacía creer a los inversores que las operaciones con su dinero carecían de riesgo. Como puntualiza en su resolución el tribunal de la sección primera de la Audiencia, el documento que mostraba para avalar esos pagos era “en realidad un seguro de responsabilidad civil general profesional de asesoría fiscal y financiera, cuyas condiciones especiales no cubrían ni total ni parcialmente las inversiones”.
Ese engaño fue, a ojos de los magistrados, lo que llevó a los perjudicados a realizar cuatro entregas de dinero por un total de 138.000 euros, “en base a un conocimiento deformado de la realidad”, que les llevó a confiar en que recibirían un 5% mensual de intereses y recuperarían la inversión en un año. A criterio de la sala, “esa deformación de la realidad la provocó y sostuvo el encartado con actos concluyentes de palabra, el ropaje documental, la oficina y la exhibición de una póliza que, según él, aseguraba el buen fin de la inversión y que, como sabemos, resultó ser otra cosa”.
Así lo declararon los denunciantes, que estuvieron representados en el proceso penal contra el asesor por el abogado José Ramón Sierra. Uno afirmó textualmente en el juicio que “sin póliza no invierte”, que “si sabe que hay un mínimo riesgo no se mete”. Uno de sus parientes –los tres son familiares–lo confirmó: “Sin el seguro, ni se me ocurre”.

“Ni rastro” > El tribunal rechaza los argumentos del procesado, que vinculó los problemas que llevaron su empresa a la quiebra con “un descenso del 2% del índice DAX de la Bolsa de Frankfurt” en enero de 2006, y que aseguró que todavía tiene intención de saldar sy deuda. “Por supuesto que ni rastro de esas afirmaciones”, replica el magistrado que firma la sentencia, que descarta que “tan hipotética y limitada bajada tuviera que abocar al descubierto general y absoluto, al crack de todo el sistema”.
A la vista de estas consideraciones y de los informes de la Policía Nacional, la Audiencia resume los hechos: “No se trata de la criminalización de negocios privados sino de la ocultación de información y la manipulación de otra para que el (cliente) desinformado acceda al desplazamiento patrimonial incierto y a cambio del cual solo hay humo, cuando no la abierta voluntad de no cumplir la contraprestación, o desvíos de activos que abren la puerta a la idea piramidal”.

 

 

 

La Audiencia impone dos años al ganador de Pasapalabra por estafar 96.000 euros

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