La asociación vecinal de Monte Alto cobra fuerza gracias a la lucha de la biblioteca

La asociación vecinal de Monte Alto cobra fuerza gracias a la lucha de la biblioteca
los vecinos protagonizaron varias movilizaciones para exigir la continuidad de la biblioteca patricia g. fraga

No han sido argumento suficiente para el Ayuntamiento, pero sí para los vecinos del barrio. Las múltiples protestas de la Asociación de Vecinos de Atochas-Monte Alto-Torre de Hércules por la retirada de una subvención municipal que permitía mantener abierta la biblioteca pública del Campo de Marte han servido para impulsar el ritmo de altas en la entidad. Gracias a esos nuevos socios –junto con todos los anteriores– y a una serie de establecimientos de la zona, la directiva confía en mantener abierto el servicio de forma unilateral.

Aumentan los socios de la entidad, que  pagará el servicio e impulsará una red de negocios “amigos”


Ante la reiterada negativa de la Concejalía de Cultura, que dirige Ana Fernández, para devolver el convenio nominativo a la biblioteca pública de Monte Alto, la asociación vecinal se propuso agudizar el ingenio para cubrir ese 50% del coste del servicio. No obstante, los residentes en el barrio se han adelantado a muchas novedades reclamando partes para convertirse en nuevos asociados.
“Onte déronse de alta doce persoas e está vindo xente que se levou tres e catro follas de afiliación”, reconoció ayer el presidente de la agrupación, Alberte Fernández, que insistió en que “a resposta veciñal está sendo moi boa”. En las últimas semanas podría estimarse que hai alrededor de unos cuarenta nuevos miembros, muchos de ellos “xente moza” que conoció el servicio de biblioteca a raíz del conflicto con el Ayuntamiento.

las cuotas seguirán igual
Fernández cree que pronto serán más los vecinos unidos puesto que “hai xente que vai falar cos amigos” y otros ciudadanos que se han interesado por las nuevas y potenciadas actividades que se realizan en las instalaciones y que “están mellorando moito”.
Este será uno de los puntos de inflexión que les permitirá “camiñar sós”, tal y como se decidió en una asamblea, puesto que la cuota seguirá siendo de 1,50 euros al mes por persona. “Quen queira dar máis poderá facelo”, comenta el representante, que aclara que desde el cierre y posterior reapertura de la biblioteca han recibido donativos extra de hasta 60 euros.
Pero la asociación, que ya asumía la mitad de los costes hasta el momento, se guarda en la manga otra fuente de ingresos que empieza a despegar.  Fernández concreta que se “vai establecer unha rede de establecementos colaboradores ou difusores da cultura” que pagarán una cuota al año y tendrán promoción en las fiestas patronales y entre los socios particulares de la institución. Será a través de “unha pegatina” distintiva que se entregará a los negocios y cuyo diseño está ahora en una fase final.
Además, la junta directiva estudia publicar una guía con publicidad de esas empresas que se entregaría “á xente para que saiban que se consumen nelas están colaborando coa biblioteca e as súas actividades”. Pese a estas dos vías de financiación, Fernández recuerda que para salir adelante sin la colaboración del gobierno municipal necesitarán que todos los vecinos se vuelquen en esta nueva etapa.

La asociación vecinal de Monte Alto cobra fuerza gracias a la lucha de la biblioteca

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