La acusada del crimen de Betanzos: “Yo no estuve presente en ninguna de las muertes”

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  a. barbadillo > a coruña

  Pocas han sido las veces que se ha podido escuchar la voz de Adriana Amenedo desde que fue detenida, en septiembre de 2008, junto a su compañero sentimental, como sospechosa del asesinato y descuartizamiento de dos jóvenes residentes en Betanzos con los que ambos mantenían relación de amistad hasta ayer mismo, en el último minuto del juicio que se sigue contra ellos por el doble crimen. In extremis, la acusada hizo uso de su derecho a una última palabra y lo consumió para resumir en apenas dos frases todo aquello que omitió al negarse a declarar durante la vista, como ya había hecho en ocasiones anteriores ante la Guardia Civil y la jueza, durante la instrucción.  
“Yo no he estado presente en ninguna de las dos muertes, lo juro por mis hijos”, alegó, para a continuación admitir que sí había tenido noticia de lo ocurrido en el piso de la calle de Rosalía de Castro “de boca” de su pareja, el coacusado Manuel Prado Riveiro, y confesar su participación en la limpieza de la escena del crimen y el traslado de los cadáveres. “Lo ayudé en todo lo que pude y más”, asintió.
Ahora es su palabra contra la de su compañero, o al menos es así como lo plantea su defensa, el penalista José Ramón Sierra, que mantiene que la joven debe salir absuelta en tanto que no hay ninguna prueba, más allá de la versión del acusado, que la sitúe en la escena del crimen.

Contradicciones > En su informe final, el abogado puso en duda la credibilidad de Prado Riveiro y  mencionó para ello varias contradicciones de sus comparecencias judiciales, como las variaciones acerca del lugar donde yacían los cadáveres o la cantidad de dinero que poseían las víctimas y que, según su alegato, sería el móvil de los asesinatos. “Pero la mayor contradicción, lo que es ilógico y una radical contradicción al raciocinio es decir que quiere a Adriana, que la quería al iniciarse el juicio, y aún así incriminarla, pudiendo acogerse a su derecho a no declarar contra ella”, planteó la defensa de la joven, para luego recordar que el propio acusado llegó a confesar a la jueza que había inculpado a su mujer “por celos”. “¿Cómo se puede dar la mínima consistencia a esa declaración?”, inquirió, para apuntar después que la misma podría esconder motivos “falsos o espurios” que la invalidarían como prueba de cargo.
Aun admitiéndola como una prueba válida, entiende esta defensa que no sería suficiente, al no estar corroborada por otros indicios, tales como restos de ADN de ella en las armas o el domicilio de los fallecidos. “En Derecho Penal, las hipótesis no pueden sostener una condena, por muy verosímiles que sean, si existe otra hipótesis posible en sentido contrario”, recalcó el abogado de Amenedo.

Compartida > Esa hipótesis a la que hace mención puede costar a la encausada hasta 49 años de cárcel –seis menos que a su novio–, según solicitaron ayer la Fiscalía y las acusaciones particulares, que ejercen los letrados Pablo Freire y Víctor Bouzas en nombre de las familias de los fallecidos.
Las tres comparten la misma visión sobre lo ocurrido entre aquellos 5 y 6 de septiembre en el piso de las víctimas, que se sustenta en el relato del procesado. Según esa tesis, él y su pareja habrían ideado el plan para dar muerte a sus conocidos para así poder robarles el dinero que guardaban en casa y su vehículo, y ambos habrían participado también en los asesinatos, Prado Riveiro empuñando un martillo y Amenedo, usando un cuchillo de cocina.
Como ayer apuntó la fiscal, el hecho de que los cuerpos presentasen dos tipos de lesión refuerza también esta hipótesis, aún cuando los forenses no quisieron pronunciarse sobre el número de agresores, como tampoco sobre el modo en que se produjeron los ataques a las víctimas.
No es ese, sin embargo, el único indicio que encuentran las tres acusaciones en contra de la joven, de la que dicen tuvo una “participación directa” en los crímenes. “No tenemos duda”, afirmó el letrado Pablo Freire, quien subrayó que la autoría de un delito se extiende, no solo a los que lo ejecutan, sino también a los inductores o a los que lo planean. “Su participación excede de la colaboración en la limpieza”, concluyó.
Como el anterior, el letrado que representa a la familia de Pachá, Víctor Bouzas, mantiene que la secuencia que propone el acusado es “consistente”, a excepción del grave síndrome de abstinencia que, según Prado Riveiro, les empujó a cometer el crimen. “No caigamos en la toxicomanía. (...) Aquí hay un plan elaborado para deshacerse de los cuerpos, hay una limpieza exhaustiva de la escena... Las drogas consiguen –en ellos– el efecto contrario, los hacen más fríos”, ironizó.
Por eso, emplazó al tribunal de la Audiencia a calmar con su resolución, tanto a los familiares como la alarma social levantada en torno al suceso: “Solo puede ser aplacada por ustedes en forma de sentencia condenatoria”.


 

La acusada del crimen de Betanzos: “Yo no estuve presente en ninguna de las muertes”

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