Juan Luis Moraza cuestiona el sistema en la exposición “Trabajo absoluto”

Juan Luis Moraza cuestiona el sistema 
en la exposición “Trabajo absoluto”
El artista recupera trabajos anteriores y los coloca junto a los nuevos patricia g. fraga

Juan Luis Moraza pone patas arriba al sistema y el papel de cada uno en él en una exposición en el MAC donde reflexiona sobre “palabrejas” que perdieron su sentido, dogmas masticados que nadie se para a pensar y leyes que atienden justo a lo contrario por las que fueron creadas.
Comisariada por Antón Castro, “Trabajo absoluto” reúne distintas obras en las que fue tatuando sus inquietudes y donde estas introducen la duda en un mundo donde parece que los individuos están obligados a ser productivos. De esta forma, despliega una declaración de la Renta ficticia en la que cada uno podría “elegir el destino de los porcentajes, no solo el 0,7% sino toda la estructura del estado”.
La llama “Democracia fiscal” y advierte que de rellenarse, se vendría abajo todo el montaje porque es “más caro destruir un ministerio que crearlo”. Al lado, coloca unas urnas que se meten unas dentro de otras: “Con esto quiero decir que el voto no llega por muy trasparente que sean los contenedores”.
Es lo mismo que la urna maciza “donde no hay manera de meter el veredicto” o la que llena de arena como un desierto pétreo al que está abocado el estado. Porque las funciones del rey se han pasado al Parlamento, según Moraza, que a su vez, “no toma decisiones porque es en corporaciones y reuniones donde se decide, le estamos pagando a un monumento”, que es Felipe VI en la actualidad.
Entre medias, recupera un experimento de los 80 donde él y varios cuestionaron al público sobre la idea que tenían del arte: “No es tan importante las respuestas sino el hecho que se enfrenten a ellas” y su discurso se extiende sobre reglas métricas deformadas que vienen a decir que “las normas son cada vez más sutiles y complejas”. Esto es para el escultor una contradicción porque si se redacta una ley para cada uno, acabaría disolviéndose.
El artista revindica la laboriosidad, la nobleza del esfuerzo, la dedicación, el goce, el cuidado o el amor por el trabajo bien hecho como los valores que sostienen la vida del individuo y que dan sentido al concepto de trabajar, por encima de aspectos puramente económicos o productivos, que marcan la rutina diaria.
La exposición, que estará abierta al público hasta el próximo 5 de marzo, se organiza en siete secciones, que explican este concepto transversal a través de diferentes escenarios de la sociedad: “Tug of Work”, “Erosis”, “Calendario de fiestas laborales”, “República”, “Software”, “Anormatividad” y “La fiesta como oficio”.

Juan Luis Moraza cuestiona el sistema en la exposición “Trabajo absoluto”

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