9º-16º
miércoles | 24 abril | 2024
Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) estará el lunes en la librería coruñesa Moito Conto (19.30 horas) para presentar “El gran sueño”.
¿Qué cuenta “El gran sueño”?
Hace unos años, inspirado por películas que mostraban un Nueva York con emigrantes de todo el mundo, me decidí a contar la historia de los que emigraron desde España. Son cuatro adolescentes y un chico un poco mayor que van en barco de Barcelona a Nueva York en 1881 y arrancan una nueva vida. Estuve dos años solo para investigar la vida allí en aquel momento, desde lo que costaban unos pantalones hasta lo que pagaban por hacer mil cigarros al día. Todo lo que hay en el libro es real y venir a Galicia a presentarlo, tierra de emigración, es muy emotivo.
La temática viene al pelo con la crisis de refugiados actual.
Siempre ha habido esas crisis. A finales del XIX la emigración era básicamente para mejorar, América era el país de las oportunidades, todavía no había llegado la Revolución Rusa... Hoy en día la gente emigra por guerras, hambrunas, conflictos políticos... son otros motivos pero siempre ha habido refugiados.
¿No es hipócrita que los españoles y gallegos critiquemos a los que vienen?
Por supuesto. Yo tengo 71 años y en los años 60 trabajaba en la oficina de una empresa de construcción. En esa época llegaban trenes de gente para trabajar en Barcelona de Almería, Murcia, etc. y mucha otra se iba a Alemania o a Suiza. ¿Cuántos futbolistas suizos, franceses o alemanes se apellidan Gómez o Fernández? Me resulta asombroso que hoy en día se critique esto, no sé si es porque la emigración que llega es subsahariana o latina, pero hace falta aceptación. Mi forma de ser es de abrir los brazos, no de cerrarlos.
¿EEUU sigue siendo la tierra prometida a pesar de las políticas de Trump?
Desde hace dos años es una jungla. Ese señor impresentable, de nombre Trump-oso, ha hecho que vuelva la supremacía blanca y que el Ku Klux Klan camine por las calles como si fueran suyas. Hoy en día no me iría ni loco a EEUU.
Una vez superados los 500 libros escritos y los 12 millones de ejemplares vendidos, ¿qué le inspira?
La vida. Lo que no se puede hacer, siendo artista, es jubilarse. Se jubila quien está cansado de trabajar, le duele el cuerpo o no saca placer de lo que hace. Picasso pintó hasta que se murió y la mayor parte de artistas llegan a su plenitud mental y cerebral con mi edad. Yo escribo hoy en día mejor que nunca, las ideas me bullen, me estallan. Firmo llegar a los 90 escribiendo, pero con plenitud, claro.
Siempre ha fomentado la lectura entre los jóvenes. ¿Confía en las nuevas generaciones o cree que está todo perdido?
Te pongo un ejemplo. La Fundación Sierra i Fabra convoca cada año un premio literario para menores de 18 años, que es un regalo porque supone la publicación de la obra, una gratificación de 2.000 euros... Antes llegaban sobre 100 o 110 obras y el año pasado llegaron 50. Me asusta. En los últimos cinco años ha pasado algo y no sé el qué. No creo que sean solo las redes sociales, es una dispersión mental más profunda.
Afirma que hay que escuchar más a la gente mayor para seguir avanzando.
Cuando estuve en China vi veneración por la gente mayor y al volver tuve que decirle a un chaval en el autobús que le dejase el asiento a una anciana. Aquí parece que la gente mayor estorba y es muy triste. El día que perdemos a los abuelos perdemos nuestros orígenes. l
