Además de no tener en cuenta las leyes de igualdad de género, Sanz considera que el proceso de selección tampoco siguió con rigor lo señalado en las bases: “uno de los candidatos que empató con ella no aportó la declaración jurada de mantener vigente su permiso de conducir y los otros dos no adjuntaron el certificado médico o no se ajustaba a las bases de la convocatoria”. Por eso considera que nunca hubo que hacer desempate en primer lugar, y, en consecuencia, defiende su derecho a ser incluida en la lista.