El instituto Ánxel Casal evacua a sus alumnos ante una alerta de incendio que resultó falsa

La jornada de ayer en el Centro de CIFP Anxel Casal, en Monte Alto, comenzó ayer con un sobresalto cuando el tejado comenzó a cubrirse de humo pasadas las ocho de la mañana, justo cuando la mayoría de los alumnos se disponía a entrar para comenzar las clases. Ante el peligro, el profesorado que se encontraba en ese momento en el centro decidió activar el plan de seguridad y evacuar las aulas. Afortunadamente, a esa hora de la mañana solo había tres alumnos en el interior, que junto con los profesores y conserjes elevan la cifra a una decena de personas que se reunieron en la calle con los 700 alumnos que aún no habían entrado.
Según explicó el director del centro, Luis Villaverde, el motivo de la alarma fue una mala combustión de la caldera. “Quemaba más aire que gasóleo y eso dio como resultado una mezcla muy pobre que produjo más humo de lo normal”, continuó. Esta humareda, muy llamativa, salió de la chimenea y flotó sobre el tejado del centro de formación profesional. De manera que, cuando el 112 recibió la llamada de emergencia, comunicó a los bomberos que parecía que el tejado del centro estaba en llamas.
En respuesta al aviso, desde el parque de bomberos de A Grela salieron dos dotaciones completas de bomberos, pero cuando llegaron a la carretera de circunvalación, donde se encuentra el Ánxel Casal, descubrieron que no era más que una falsa alarma. “De hecho, como la mezcla de combustible era tan pobre, la caldera habría acabado apagándose incluso si no llegan a intervenir los bomberos”. Sin embargo, los servicios de emergencia se aseguraron de apagar el sistema de calefacción antes de retirarse de nuevo a su base.
Al parecer, la caldera se había sometido a revisión la semana pasada, por lo que el servicio técnico sospecha que la avería pudo deberse a un fusible suelto que podría haber afectado a la bomba de combustible. En todo caso, Villaverde prefiere quedarse con los aspectos positivos de esta falsa emergencia.

Sin nervios
“Nuestros alumnos actuaron muy bien, con tranquilidad y siguiendo las instrucciones que se les dieron”, comentó el responsable del centro que matizó que, al tratarse de formación profesional, todos sus alumnos son mayores de edad. Este hecho no solo permitió que fuera más fácil ordenar la evacuación, sino que le ahorró las consabidas llamadas de padres preocupados demandando información.
“Y nuestro plan de evacuación funcionó bien”, añadió Villaverde. Cada año, en el Ánxel Casal realizan un simulacro para estar preparados en caso de incendios, y ayer fue como una práctica improvisada. Con la salvedad de que el centro cuenta con 2.000 alumnos y en la de ayer solo tomaron parte 3.

El instituto Ánxel Casal evacua a sus alumnos ante una alerta de incendio que resultó falsa

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