Una imagen vale más que mil palabras para ver un país confinado

Una imagen vale más que mil palabras para ver un país confinado
Los complejos monumentales sin visitantes son una de los aspectos más impactantes fotografiados | manú codornié

La situación de excepcionalidad que hemos vivido, y seguimos viviendo en diferente medida, logró vaciar las calles de un país poco acostumbrado a la falta de ruido y de color. El miedo, la falta de respuestas concretas y la inseguridad personal se convirtieron en el sentir de muchos. Este momento lo aprovechó el fotógrafo Manú Cordonié para echarse a las calles y fotografiar eso que poca gente ha conseguido: una ciudad desierta.

Cordonié, que también suministra imágenes a medios de comunicación, decidió aprovechar su condición de profesional para capturar A Coruña de un modo inusual.

Bajó a las playas de la ciudad, esas que acostumbran “estar repletas de bullicio”, donde “no sólo no había un alma, sino que la arena estaba absolutamente sin pisar”, comenta Cordonié.

Caminando por la ciudad se encontró “el vacío personal”, algo que “es muy impactante y es muy triste al mismo tiempo”. “Las imágenes hablan por sí solas”, comenta, y añade la impresión generada al encontrarse con la limpieza de las calles, “no había restos humanos, las calles absolutamente impecables, sin una colilla, sin un papel tirado... eso también es algo distinto, a lo que no estamos acostumbrados”.
La razón por la que se echó a las calles de las ciudades españolas para retratar esta nueva realidad la resume de una manera simple, “mi deber es contarlo, no esperar a que esto pase”: “Nuestro deber como fotógrafos es contarlo, como si fuese un trabajo de prensa de guerra”, explica.

Salida y recorrido
Cordonié señala que salió a fotografiar la pandemia “porque entendí que era un momento histórico único”. Así, captó la reacción de la gente ante un momento único y nuevo para todos nosotros.

Una reacción que era principalmente “miedo”. Apunta que notaba “mucha tensión y precaución, sobre todo al principio”, durante la primera fase de la desescalada.

Cordonié comenta que el es “de la línea vieja de estar encerrado en el laboratorio”, por lo que el confinamiento no iba a ser problema, pero pensó que era un deber llevar a cabo este proyecto, el cual contó con un gran apoyo.

Su ruta empezó en A Coruña y continuó por Compostela, Lugo, Ourense y Pontevedra. La idea era seguir por Galicia, pero amigos y familia le convencieron para recorrer España. 

Así Zamora, Salamanca, Ávila, Toledo, Córdoba, Úbeda, Baeza, Jaén, Granada, Antequera, Mérida, Cáceres, Madrid, Segovia, Palencia o Valladolid fueron algunas de las 28 ciudades españolas capturadas por el fotógrafo.

“Sobre todo fotografío en los sitios más turísticos”, buscando así esa imagen impactante para el espectador, acostumbrado a ver determinados lugares siempre “a tope” de gente.

Pero el turismo que llenaba esos icónicos lugares mudó, y lo hizo en niños jugando con mascarillas, gente acompañando a sus mayores y en mucha ropa deportiva.

Proyecto
Explica el fotógrafo que este es un proyecto distinto que pone a disposición de todo el mundo, “hay una parte altruista, de comunicación, una parte más cultural”.

“Cuento esto porque no sabemos como va a evolucionar y porque la gente se lo ha perdido”, dice y añade que “mi deber es aportar imágenes que cuenten como he percibido estos meses, porque las palabras son más fáciles de cambiar”.

Cordonié selecciona las fotografías para después subirlas a un nuevo blog, el cual está actualizando con las imágenes de todo su periplo. Comenta que, de media, cuenta con unas 500 instantáneas por destino.

Un viaje del que señala que le quedan marcadas imágenes que antes relacionaríamos “con la ciencia ficción”, como, por ejemplo, ver a niños en sus bicicletas ataviados con mascarillas.

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