Ilusión y realidad se desdibujan sobre las tablas de un escenario

¿Cómo es posible que un pañuelo cambie de color delante de nuestras narices? ¿Puede desaparecer un CD entre la manos de una persona? Sí, es todo cuestión de magia. Y de creer. Es todo una ilusión; la misma que ayer crearon los mejores magos sobre el escenario de María Pita.
Miles de coruñeses llenaron la plaza; familias enteras entregadas a la ilusión de unos jóvenes que con la mejor arte del engaño supieron convertir en magia la cotidiana realidad. De poco servía que el presentador de la gala fuera “destripando” cómo se hacen los trucos. Aunque todos los presentes pusieron mucho empello en pillar donde estaba el engaño, nadie pudo evitar sucumbir al arte de alguien que es capaz de escapar de una camisa de fuerza o multiplicar las cartas. Eso solo se puede... “por arte de magia”. Los magos coruñeses Román García y Kiko Pastur se rodearon de grandes figuras del ilusionismo mundial como el francés Jordan Gómez o Luis de Matos para ofrecer uno de los grandes espectáculos visuales y sensoriales del año. n