La “ilusión y la esperanza” no entienden de edades

La “ilusión y la esperanza” no entienden de edades
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Lo dijo el primer alcalde no electo con el mandato más corto de la historia y dijo una verdad porque sus sentimientos parecían haberse extendido por todo el punto de encuentro. “Tengo una gran ilusión y esperanza porque estamos en el comienzo de un tiempo nuevo”, afirmó un jubilado al que el regidor coruñés, Xulio Ferreiro, cedió el bastón de mando durante unos minutos en el acto en María Pita.
“Quiero agradecer a esta nueva corporación este gesto de acercamiento”, aseguró, visiblemente emocionado. En una pequeña intervención en la que recordó a representantes políticos asesinados o encarcelados, desde su espíritu joven advirtió a la corporación de que debe cuidar un área en especial. “Hay algo que siempre me preocupó y que les tengo que pedir: que se preocupen por la enseñanza”, matizó. Sin tiempo para más gritó “Viva la República”, una arenga que fue jaleada por el público congregado en la fiesta de la Marea Atlántica. Porque fue realmente un festejo, una celebración del cambio como así lo declararon personas de diversas edades y perfiles muy dispares.
“Vimos apoiar á nova Alcaldía que vai ser moi boa porque Ferreiro é unha persoa intelixente”, aseguraba una mujer. Otros aludían a un giro de guión que “xa tocaba” y que estaban “desexando”.
Hubo quien no se olvidó de los líos de corruptelas vividos en los últimos tiempos en A Coruña. “Agardamos que sexan máis honrados e transparentes porque estamos ata as narices de ladróns”, subrayó, sin paños calientes, un asistente. Jóvenes y no tan jóvenes, niños e incluso mascotas se dieron cita para vivir “un momento especial”.
Con banda sonora de gaitas de fondo, la gente solicitó al alcalde y a sus nueve concejales que “cumpran o que din”, porque el cambio no debe ser solo “histórico” a nivel mediático sino también en los despachos.
“Eu pídolles que gobernen segundo o que plantexaron”, comentaba una persona que participó en algunas de las asambleas constituyentes, mientras por detrás aseguraban que, sobre todo, hay que “cumprir o tema de abrir o Concello á cidadanía”.
Al menos de momento ese guión pensado y repensado, primero en la calle, y después en la sede de Marqués de Pontejos se ha seguido a pies juntillas. No solo un jubilado tomó ayer la palabra, sino que también lo hicieron otras cuatro personas.
Una mujer de mediana edad, dedicada al área educativa, confesó que desde su “tercera juventud” –porque ya ha cumplido “tres veces 20”– también vive “con optimismo, ilusión y esperanza los cambios”.  “Esperemos que sean para bien”, puntualizó, antes de pasar la palabra a un hombre que aludió a la “ responsabilidad” del bastón.  Pero lo mismo pidió a la oposición.
No se olvidaron en la Marea de las nuevas generaciones y repartieron el tiempo restante entre una jovencita de 15 años y una joven madre con su bebé. La primera animó a despertar de su letargo a los coruñeses, mientras que la segunda, con su “metáfora dos tempos novos con patas”, afirmó: “As miñas mans son as vosas” sosteniendo el palo del poder.

La “ilusión y la esperanza” no entienden de edades

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