El huerto urbano de Monte Alto será gestionado por tres entidades

La Concejalía de Medio Ambiente otorga la concesión previa de el huerto urbano de Monte Alto a tres entidades: la ONG Ecos do Sur, que se encarga de la asistencia a inmigrantes, Proxecto Cárcere, una plataforma ciudadana que quiere rescatar la antigua prisión provincial para el uso de la ciudadanía, y la asociación de vecinos del barrio. Cada uno tendrá su propia parcela en lo que a día de hoy es una esquina del parque de Carlos Casares, donde se llevará a cabo su proyecto, en una extensión de 2.970 metros cuadrados.
El proyecto ha tardado en llevarse a cabo y ha sufrido cambios desde su concepción inicial. El Ayuntamiento tiene intención de contratar a una empresa para que realice las obras de preparación del terreno para el posterior sembrado de las especies vegetales, mientras que antes se esperaba que las entidades que gestionaran el nuevo espacio empezaran de cero.
Además, se instalará un sistema de regadío, puesto que el sol pega muy fuerte en esa zona de Monte Alto, durante toda la tarde. De hecho, el parque de Carlos Casares suele secarse la hierba, de manera que esta precaución es necesaria. Y por último, se instalará un cobertizo para herramientas. Las parcelas formarán un único recinto delimitado y protegido por un cerramiento que no superará los 110 cm. Todas estas actuaciones tendrán que ser licitadas, así que el huerto urbano se demorará en ponerse en marcha por lo menos un mes, que es el plazo previsto para que terminen las obras, que costarán casi 20.000 euros.

por tres años
Como muchos de estos proyectos tardarán un tiempo en ver sus frutos (literalmente) la concesión es a tres años vista, y se hará firme una vez que las tres entidades beneficiadas, las tres sin ánimo de lucro, presenten toda la documentación requerida.
Hasta ahora, Novo Mesoiro, a través del Ayuntamiento, ofrecía la opción de tener un huerto urbano, pero bajo la fórmula del alquiler, en la que los beneficiarios pagan un canon para llevarse la producción. El proyecto de Monte Alto es diferente, y ofrece a diversos colectivos la posibilidad de cultivar alimentos ecológicos al lado del asfalto, en un entorno privilegiado, y se trata de la clase de iniciativas sostenibles por las que la Marea Atlántica ha apostado como una de sus señas de identidad.