Los hoteles de la ciudad se llenan en la semana grande de las fiestas

El tiempo acompaña y las fiestas de María Pita son un reclamo imposible de rechazar para miles de visitantes que deciden recalar en A Coruña durante sus vacaciones de verano.
En la asociación de hoteleros se habla de satisfacción, si no en los precios de las habitaciones –que se han reducido de forma notable– sí en la ocupación de este mes. Las primera mitad de agosto ha cumplido las expectativas y en la semana grande de festejos los establecimientos hoteleros de la ciudad colgaron el cartel de completo. Fueron varios los que cubrieron toda su oferta y los que no lo hicieron fue por poco; prácticamente alcanzaron el lleno.
Las fiestas que se celebran en un sinfín de puntos del área metropolitana hace que también se ocupen las habitaciones en los hoteles de los alrededores. La semana pasada, unas cinco mil, entre A Coruña y los municipios del área, tuvieron huéspedes. Son los mejores datos de un mes en el que se prevé cerrar con una ocupación del ochenta por ciento.

buenas expectativas
Las expectativas, reconoce el presidente de la asociación de hoteleros, Francisco Canabal, se han aumentado con respecto a las que se tenían antes de finales de julio, cuando se esperaba un 75 por ciento de ocupación para este mes. Las reservas de última hora son las responsables de esta nueva previsión, que, de alcanzarse, supondría un importante impulso en el sector.
Tanto es así que se espera que a final de verano el índice de hospedaje en los hoteles coruñeses esté en torno al ochenta por ciento, una cifra que se equipara a las que se daban antes de la crisis, en 2007. La de 2013 sería la mejor temporada estival para los hoteleros en seis años en lo referente a número de visitantes, con una previsión de aumento de la ocupación en cuatro puntos con respecto a la temporada de 2012, que terminó con un 76 por ciento.
De momento, todo parece indicar que se conseguirá el objetivo. El buen tiempo del que se disfrutó en julio y que potenció los encantos de la ciudad ayudó a que se produjese una subida del nueve por ciento con respecto al  número de pernoctaciones del año pasado durante el mismo mes. Agosto se mantiene en índices similares a los de 2012, con “una primera quincena muy positiva y la perspectiva de un leve bajón en la última semana del mes”, habitual cada verano, indica Canabal.
No obstante, las reservas de última hora pueden dar una sorpresa al sector, toda vez que, explica el presidente de los hoteleros, apenas un treinta por ciento de los turistas reserva con cierta anterioridad: “La mayoría va sobre la marcha; prefiere arriesgarse a encontrar un precio más bajo”, explica.

precios
Las constantes ofertas que se realizan a través de internet influyen en el sistema de compra de los clientes, que buscan ajustar el precio por encima de la posibilidad de no encontrar el alojamiento deseado o se dejan guiar por las promociones a la hora de elegir destino.
Son precisamente los precios los que causan que la alegría de los hoteleros no sea completa, a pesar de los buenos índices de ocupación. Recuerda Canabal que desde 2007 se han bajado las tarifas en un veinticinco por ciento. “Son precios muy bajos”, insiste; y aclara que por este motivo aunque las cifras de pernoctaciones estén en niveles anteriores a la crisis, los beneficios de los hoteles no están a los mismos niveles que entonces.
Explica que en años anteriores hubo un desfase entre las tarifas y las posibilidades de los clientes, razón por la que considera que descendió la ocupación hotelera en la ciudad. “Hemos tenido que ajustar los precios”, dice, porque a pesar de la “fidelización de buena parte de los clientes”, son muchos los que buscaban gastar menos dinero.
Satisfechos con los datos registrados hasta ahora, los hoteleros aguardan el final del verano con la esperanza de que el sector se recupere.