Hosteleros del área de la Franja denuncian la falta de limpieza y reposición de los contenedores

Los hosteleros del entorno de la calle de la Franja no pueden más con la desigualdad de condiciones entre unos y otros negocios y denuncian que sufren la falta de limpieza y cambio de los contenedores rotos y que otros establecimientos tiran la basura desde primera hora de la mañana, saltándose los horarios estipulados y perjudicando al resto.

No es la primera vez que empresarios de calles como Trompeta, que desemboca en la Franja, se quejan de los problemas generados por la ubicación de los contenedores y el mal uso que hacen de ellos algunos establecimientos. Si ya antes del verano pasado criticaban tanto la actitud del servicio de recogida de basura, que daba golpes a la fachada de un local cada vez que movía los contenedores, como que otros empresarios tiraban la basura en pleno día provocando malos olores e imagen en los locales más próximos a la ubicación de los colectores, el malestar se ha extendido ahora a la calles de la Florida y Oliva.

Los responsables de algunos bares y restaurantes aseguran que cada verano sufren “una invasión de moscas permanente” porque otros locales tiran restos “de marisco” y otros elementos desde primera hora. Como hay contenedores rotos que no se cambian los jugos van cayendo en la calle, en la que con un paseo por la zona se detecta dónde ha habido restos de grasas.

Pero no solo se quejan de la actitud de compañeros de profesión que como están lejos retiran los residuos de sus locales a la hora que quieren porque no hay un control férreo, sino que lamentan que los encargados del servicio de basura hagan caso omiso a su petición de cambio de los contenedores. “Además, tampoco los limpian por dentro y se ve perfectamente que están sucios”, cuentan, lo que a su vez supone un foco de insalubridad.

El malestar es tanto que piden que se retiren las zonas con recipientes en las calles y que se soterren o que se imponga acudir a tirar la basura a los contenedores que hay bajo tierra en las plazas del Humor y San Nicolás.

De momento, la presencia constante de moscas y olores, así como la mala imagen, ha obligado a varias casas de comidas a retirar las terrazas para evitar esas vistas a la clientela.