El Gobierno local admite por primera vez la pérdida de aparcamiento en la ciudad

El Gobierno local admite por primera vez la pérdida de aparcamiento en la ciudad
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La apuesta del Gobierno local por los medios de transporte más sostenibles supone restringir el espacio de aparcamiento, lo que resulta un grave perjuicio para los 50.000 conductores que entrar y salen diariamente de la ciudad. Hasta ahora, el Ayuntamiento alegaba que creaba más plazas de las que destruía gracias, por ejemplo, a la reordenación de plazas, que pasaban de ser en línea a batería. Pero ayer, el concejal de Movilidad Sostenible, Daniel Díaz Grandío, reconoció por primera vez que A Coruña finalizará el mandato con menos plazas de las que tenía al comienzo.  

 El análisis que la Agencia de Ecología Urbana realizó para el Gobierno de Javier Losada (2007-2011) ya indicaba que serían necesarias 6.000 plazas más de aparcamiento público. No solo por la enorme cantidad de vehículos que entran diariamente en la ciudad provenientes del área metropolitana, sino por los 112.000 turismos que, según la DGT, forman parte del parque móvil de la ciudad. Los expertos en movilidad señalan que emplear la bicicleta o el autobús no implica deshacerse del vehículo propio. 


 El edil dejó claro que el carril bici no es “unha cuestión recreativa” y que están haciendo el trabajo más complejo: establecer un carril único y exclusivo para la bicicleta por las vías principales de la ciudad. Solo en Linares Rivas, se perdieron 17 plazas de aparcamiento, a las que se suman docenas en la avenida del Ejército y el entorno de Cuatro Caminos. “Adoptar este tipo de políticas e arriscado e implica cambios”. El responsable de Movilidad afirmó que eliminar aparcamiento se hace de forma consciente pero no para “amolar” a vecinos ni comerciantes, sino porque están convencidos de que se trata de una estrategia fundamental para la ciudad. Además, también facilita el tránsito del bus: “Non sei si somos conscientes do que implicaba unha viaxe de 200 metros para un bus que tiña que loitar contra a doble fila e esas cargas e descargas”. 


La pérdida de plazas no se da solo en el centro. También se perdió mucho espacio de estacionamiento en la Sagrada Familia al ensanchar las aceras, sobre todo a la altura de los pasos de peatones. “Era un barrio con moitas carencias a nivel de tránsito peatonal”, recordó el edil. Las obras trataron de hacerlo más cómodo y, sobre todo, que cumpliera con la Ley de Accesibilidad.  


En el lado negativo, los residentes de la Sagrada Familia encuentran que aparcar es cada vez más difícil. Aunque también se da el caso contrario: tras la peatonalización de la Ciudad Vieja, se perdieron 200 plazas, que se compensaron con ofertas en parkings y 93 en superficie de uso exclusivo. Pero tras protestar los vecinos, les ofrecieron otras 155.

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