Las fugas de materias peligrosas crecieron un 43% durante 2016

Las fugas de materias peligrosas crecieron un 43% durante 2016
Los bomberos, durante una intervención con explosímetros el año pasado | javier alborés

Según las estadísticas de los bomberos municipales, durante el año pasado crecieron de forma significativa las fugas de gases de uso doméstico como el propano, con respecto al año anterior. El incremento es de un 43%, si se suman a estos escapes los de otras materias peligrosas. Fuentes de los servicios de emergencia achacan estos datos a una mezcla de deficiente mantenimiento de las instalaciones y de accidentes fortuitos, ninguno de ellos de graves consecuencias.

En el caso de los gases (butano, propano, natural...) se contabilizaron durante el año pasado 35 casos, mientras que en 2015 habían sido 24. Es, además, la cifra más alta en los últimos seis años, según la memoria de Bomberos. “Es verdad que el año pasado tuvimos muchas llamadas por olor a gas”, comenta un miembro del cuerpo municipal. Suelen ser los vecinos los que, alarmados, se den cuenta de lo que está pasando y advierten entonces a los servicios de emergencias.

El procedimiento habitual es acudir con explosímetros, aparatos para medir la presencia de gases en el entorno, pero desde el parque de A Grela advierten de que en muchos casos se trata de falsas alarmas: “A veces se trata de descargas de buques gaseros que han tenido un escape, y entonces tenemos que acudir a bastantes puntos de la ciudad, según empuje el viento”.

Varios casos con intoxicados
Algunos de estos 35 escapes de gas contabilizados por los bomberos se saldaron con víctimas por intoxicación. Uno de estos casos tuvo lugar en la calle de Piñeiro Pose, en mayo, en un domicilio cuyos ocupantes tuvieron que ser hospitalizados por inhalación de gases, aunque se recuperaron sin mayores problemas.

Por otro lado, los bomberos tuvieron que actuar en el caso de otros materias peligrosas, más allá de los combustibles usados en la calefacción doméstica, que también experimentaron un notable crecimiento durante el ejercicio pasado. Estas actuaciones pueden tener lugar tanto en instalaciones como en vehículos que transportan dichas sustancias. Y, como en el caso de las fugas de gases, 2016 destacó precisamente por acumular la cifra más alta en seis años: 25 casos, muy por encima de cualquier otro ejercicio (en 2013, el segundo más alto, el número de casos fue de 16). Aunque en ningún caso se produjo un derrame importante. l

Las fugas de materias peligrosas crecieron un 43% durante 2016

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