Las firmas Wind1000 y Sergonsa confían en que los premios AJE ayuden a su expansión en Galicia

Wind1000 y Sergonsa todavía están aterrizando tras hacerse con los galardones Premio Joven Empresario 2015 y Premio AJE Junior, respectivamente, el pasado viernes. Desde ambas compañías coruñesas reconocen que han puesto su confianza en que estos reconocimientos les ayuden a hacerse más conocidas y conseguir más contratos en Galicia, pues las dos han probado suerte ya en el extranjero.
“Seguro que algo de repercusión tiene porque nos conocerá más gente aquí”, explica el responsable de negocio de Wind1000, Diego Garrido. Y es que esta firma con base en Santiago y filiales en “México, Brasil y Uruguay” –que fue distinguida por el jurado de los premios de la Asociación de Jóvenes Empresarios como Joven Empresario 2015– apenas ha trabajado en su tierra. 
Según Garrido, el siguiente objetivo es abrir una delegación en Chile. Además, sus operarios de montaje y mantenimiento de servicios de energía eólica, básicamente parques, han pasado por “40 países” en los cinco años de historia del negocio. 
Sobre esa tendencia a trabajar en Sudamérica, el responsable sí reconoce que ha tenido algo que ver con que aquellos países estén experimentando un desarrollo vertiginoso pero cuenta que también se trasladaron allí porque “es un mercado natural cultural e idiomáticamente”, entre otras razones. 
En todo caso, aguardan que se firmen más contratos ahora que han logrado cierta visibilidad en Galicia. Respecto al por qué de su elección, Garrido cree que “ha pesado el tema de la internacionalización, porque es una de las cualidades que se fomentaban”. 
Así que no hay mal que por bien no venga, y si encima siguen creando empleo, mejor. A estas alturas cuentan con una plantilla de 255 operarios, que en España se quedan en 160. 
Por curioso que parezca en los tiempos que corren, el otro premio gordo repartido por AJE fue para una constructora. En concreto, Sergonsa logró colocarse por delante de otras 22 candidaturas.

hacia el sector público
“Es el primer premio que recibimos y estamos muy orgullosos por este reconocimiento al trabajo y al esfuerzo realizado en estos dos años y medio de vida”, afirma Marcos González, el administrador y socio mayoritario de la empresa, cuya sede central está en pleno barrio de Matogrande. 
Para el representante, algo que ha pesado a la hora de que los miembros del jurado se decidieran por ellos es que están en el ámbito de la construcción pero con un marcado perfil hacia “las obras del sector público”. No obstante, también han tenido su paso por el extranjero. 
“En el primer año nos basamos en el sector privado y trabajamos en proyectos en el extranjero para ganar empuje y experiencia”, rememora. De hecho, uno de los proyectos de los que más orgullosos se sienten es del de una piscifactoría para una compañía gallega que tuvieron que levantar en Islandia. 
Tras ese recorrido inicial, ahora su “nicho está en el entorno autonómico” y “el 80% de la facturación está enfocada hacia el sector público”. Pero también aceptan encargos a nivel privado, porque es lo que se precisa para seguir evolucionando. 
Aún así, González prefiere lo público porque concurres a una “licitación” por condiciones y lo privado “es más subjetivo”.