Finaliza con otra falsa alarma otro día de búsqueda de la ourensana

Finaliza con otra falsa alarma otro día de búsqueda de la ourensana
Los bomberos retiraron la maroma que provocó una falsa alarma | quintana

De nuevo, el tiempo no acompañó a la búsqueda del cuerpo de A.C.D., la ourensana de 22 años que desapareció el viernes pasado tragada por las olas en la playa de Riazor. En realidad, el dispositivo de vigilancia se limitó a tierra, porque la alerta naranja hacía la búsqueda por mar infructuosa. Quienes sí se introdujeron en el agua fueron los bomberos del Grupo de Rescate Acuático (GRA), que aprovecharon unas prácticas programadas para volver a bucear en las aguas de la ensenada de Riazor. De repente, pareció que la causalidad les había sido propicia, cuando un objeto flotante desató la alarma, pero resultó ser solo una maroma.
Es habitual que con el mal tiempo, la resaca traiga consigo toda clase de restos. Durante la búsqueda, estos objetos flotantes ya habían hecho saltar la alarma en varias ocasiones: incluso unos zapatos de caballero al pie de la Domus, o un tablón en la ensenada, fueron suficientes para hacer pensar que se había descubierto el cadáver. Sin embargo, la búsqueda continúa, aunque oficialmente ayer se tuviera que abandonar por el mal tiempo.

Los bomberos realizaron sus prácticas de diez de la mañana a una menos cuarto, momento en el que se retiraron. Igual ocurrió con el Helimer, que sobrevoló la zona alrededor de las ocho de la tarde, aprovechando la última hora de sol: se trataba de una práctica programada, pero se aprovechó la ocasión para probar suerte una vez más. Durante toda la tarde, Protección Civil patrulló el litoral tratando de avistar el cuerpo, pero eso fue todo.


Playas cerradas
A estas alturas, los expertos apuntan a que para recuperar el cadáver habrá que esperar a que salga a flote naturalmente, una vez se hinche debido a los gases de la putrefacción, lo que aún puede tardar algunos días. De momento, ayer las playas se habían vuelto a cerrar por el temporal, igual que lo estaban la madrugada del viernes, cuando se produjo la tragedia. Pero hay que recordar que el Paseo Marítimo a la altura de Riazor no tiene barandilla, y fue en ese punto por donde la joven ourensana bajó a la playa en compañía de sus dos amigos hasta el pie mismo de La Coraza, donde fue arrebatada por las olas.

Es por eso que el Ayuntamiento se está planteando reforzar la señalización, por lo menos en esa zona, con la esperanza de disuadir al público de pisar los arenales cuando existe peligro. La concienciación será difícil: en una playa urbana como las de Orzán y Riazor, es habitual que el público las utilice a diario como espacio de esparcimiento, y ni siquiera las desgracias como la de la semana pasada bastan para romper el hábito arraigado.

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