La Feira das Marabillas mantiene la fuerte apuesta por la hostelería, uno de sus principales atractivos

La Feira das Marabillas mantiene la fuerte apuesta por la hostelería,  uno de sus principales atractivos
las creperías son algunos de los establecimientos que tienen más éxito patricia g. fraga

La hostelería es de nuevo uno de los puntos fuertes de la Feira das Marabillas. Basta con pasarse a las horas puntas de la comida y la cena para comprobar que decenas de personas se reparten en distintas colas para comprar un tentempié o bebida. La organización lo sabe y este año ha vuelto a apostar fuerte por incluir en el itinerario negocios de este tipo pese a la posible bajada de las ventas derivada de la crisis. En total, de las 230 casetas medievales instaladas por la Ciudad Vieja  –incluyendo los obradores de muestra–, 30 son de venta de alimentación para consumir en el momento.
El representante de la empresa Balconet, Juan Cantero, –que se encarga de la echar una mano en la organización a la Asociación de Comerciantes de la Ciudad Vieja– indica que “hay 15 tabernas y otros 15 puestos que acogen creperías, zumerías...”.
En realidad, grandes tiendas donde se pueda comer sentado hay seis y las demás consideradas como tabernas venden comida del tipo de pan pizza, kebab o  bollos preñaos, por ejemplo. Además, a esa treintena habría que sumar “lo que se llaman consumibles, de los que hay unos 60 establecimientos”, y que venden desde garrapiñas y caramelos a cecina de León, pasando por múltiples quesos.

LOS PUESTOS REPITEN
Pero las cifras no son la única prueba del potencial hostelero del mercado, pues son los propios comerciantes instalados en las calles empedradas los que lo confirman. “Llevamos viniendo 11 años porque es una de las mejores ferias del año”, explica Susana, que trabaja haciendo crepes y que asegura que a los coruñeses les van tanto las saladas como las dulces.
La hostelera afirma que mientras normalmente trabajan en mercados de fin de semana, el de la ciudad “compensa y se vende bien porque es de seis días”. De hecho, al venir a la de A Coruña, la mayoría de negocios hacen su ruta de ferias veraniegas por Galicia, “que son las mejores en esta época porque en el sur hace calor y no funcionan”.
Ana Leal es la responsable de un bar de zumos y mojitos en la plaza de las Bárbaras y aunque es el “primer año” que se ha plantado en la Feira das Marabillas, reconoce que lo hizo porque otros compañeros le dijeron que era “muy activa”. “El primer día fue el más tranquilito pero la gente que nos compró repitió tres o cuatro veces”, asegura.
En Pinchos Aladín –en donde se ocupan de un kebab y una tetería en la plaza de Azcárraga– también se estrenan pero se animaron porque les comentaron que era un evento “muy bueno”. mientras el primer negocio hizo unas cifras discretas al principio, la tetería movió mucha gente.
Aunque llevaban dos años sin pisar A Coruña, en el Cofre del Capitán son repetidores y reconocen que si regresan es porque se vende “muy bien”.

La Feira das Marabillas mantiene la fuerte apuesta por la hostelería, uno de sus principales atractivos

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