Las farmacias alertan de que aumentan los enfermos que dejan los tratamientos

Las farmacias alertan de que aumentan los enfermos que dejan los tratamientos
foto de una Farmacia / foto de archivo

El copago farmacéutico y los problemas económicos de los coruñeses que, lejos de solventarse, van en aumento están causando una tendencia negativa que podría afectar a la salud pública. Si hace un año los responsables de las oficinas de farmacia hablaban de que una media de 15 clientes no retiraban todos sus medicamentos, aseguran que el rechazo a fármacos recetados por el médico va en aumento para evitar asumir los costes. Además, esta bajada castiga cada vez más los márgenes de beneficio de los negocios, que ya hace meses empezaron a recortar en personal.
“La gente ya no lleva la medicación porque tienen problemas económicos acuciantes”, afirma la presidenta de la Asociación de  Empresarios de Farmacia, María José García. Aunque no hay datos estadísticos, esta consideración la refrendan algunos compañeros que van más allá y aseguran que cada vez son más los ciudadanos que rechazan algunas recetas. También lo hace el Colegio de Farmacéuticos, como explica su presidenta Rosa Lendoiro: “Cualquier medicamento prescrito debería retirarse pero sí es verdad que hay más población más sensible al pago”. En la práctica, no es difícil dar con alguien que, en los últimos tiempos, haya optado por evitar la dispensación de algún fármaco por razones económicas.
Además de conocer los testimonios de otros farmacéuticos, García ha vivido en directo muchos de esos episodios. “Una vez una persona tenía cinco medicamentos y se llevaba dos y otros tres no; cuando le dije que ya había cubierto el cupo y que no tenía que pagar decidió cogerlos”, recuerda. Pero cuando toca abonar muchos “dejan de tomarlos”.
Se trata sobre todo de pensionistas “porque sus sueldos no son grandes y están más acostumbrados a privarse de cosas, miran más el dinero”. Entre las renuncias hay medicamentos que parecen para dolencias menores que no son tal, como el colesterol o la hipertensión. También quedan abandonados los desfinanciados tales como lágrimas artificiales, reguladores intestinales...
Lendoiro insiste en que perciben más que “gente mayor que hasta ahora no tenía cargas vuelve a tener a los hijos o, incluso, a los nietos dependiendo de ellos  y cada vez le cuesta más afrontar ciertos gastos”. “Aunque en muchos casos son cuantías bajas para sus ingresos son importantes”, justifica.
“Las familias jóvenes ya pagaban y como no tienen unos tratamientos tan abundantes están acostumbrados a esto”, subraya García. En todo caso también parte de este colectivo evita recoger las recetas que no creen básicas. La tendencia que denuncian es algo que demuestran datos de entidades como Cáritas, que en innumerables ocasiones tiene que hacer frente a facturas farmacéuticas de los coruñeses con mayores problemas económicos.
Esta situación también causa serios daños a muchas de las oficinas de la ciudad, algunas de las cuales están en concurso de acreedores o se han visto obligadas a acometer recortes en su plantilla. A menos venta de productos, menos porcentajes para la caja.
“El nivel de facturación, los márgenes y el rendimiento son muy bajos”, reconoce la presidenta de la asociación, que rechaza los informes positivos de algunos organismos. “Siguen diciendo que aumentó la venta con respecto al año pasado pero lo que ocurre es que no siguió bajando al mismo ritmo porque con la entrada en vigor del copago fue la hecatombe”, comenta. Su homóloga en el Colegio señala que aunque el precio de los fármacos es “notablemente bajo” al menos la Xunta les ha pagado, cosa que no sucede en otras comunidades.

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