La fallecida en Pocomaco había vuelto con el detenido dos días antes del suceso

La fallecida en Pocomaco había vuelto con el detenido dos días antes del suceso
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Tan solo dos días llevaba María Belén Expósito, la mujer que falleció el miércoles de madrugada tras caer de un todoterreno en la rotonda de Pocomaco, conviviendo con su compañero, el hombre que viajaba con ella en el vehículo aquella noche y que hoy se encuentra en prisión preventiva por su muerte. La pareja había roto dos semanas antes y ella había entablado una nueva relación con otro hombre, con el que había estado conviviendo hasta el domingo pasado en un piso compartido de la calle Barcelona. Esa medianoche, el hoy imputado por el crimen fue a recogerla a la vivienda y ambos retomaron la convivencia en la urbanización Breogán, lugar al que al parecer se dirigían cuando ocurrieron los hechos.
La Policía tuvo conocimiento de parte de estos detalles en la misma escena del crimen, adonde el amigo de la fallecida llegó aquella noche tras recibir un mensaje y varias llamadas en los que ella le pedía ayuda. Según reveló más tarde el testigo, una semana antes, el detenido se había comunicado con ella por teléfono y la había amenazado con matarlos, a ella y a su nuevo novio, con una pistola.
Sobre esta y otras cuestiones interrogó ayer la jueza de guardia –la titular del juzgado de instrucción 2– al detenido antes de enviarle de forma preventiva al centro penitenciario de Teixeiro. Le imputa un delito de homicidio agravado por la relación de parentesco que lo unía a la víctima y uno de amenazas de género, que podría tener que ver, precisamente, con esa conversación telefónica, que según consta en un atestado tuvo lugar el día 20. Además, la jueza cree que el hombre, que era quien conducía el vehículo 4x4 del que salió despedida la fallecida, incurrió en dos delitos contra la seguridad vial, uno por circular bajo la influencia de bebidas alcohólicas (dio positivo en el test policial) y otro por coger el coche pese a tener retirado el permiso.
Los primeros indicios de la investigación confirman lo que ya sospechaba la Policía desde el mismo momento en que fue comisionada al lugar de los hechos, que la muerte no fue accidental y que podría tratarse de un nuevo caso de violencia de género. De hecho, tras tomar la primera declaración al detenido, la jueza de guardia se inhibió ayer en favor del juzgado especializado en violencia sobre la mujer, que es el que asumirá la investigación a partir de ahora.

"tormentosa"
El hecho de que la víctima ya hubiese denunciado al hoy imputado por malos tratos en al menos dos ocasiones no hace sino respaldar la tesis del crimen pasional, que también avalan otros detalles que han salido a la luz en la investigación, como el hecho de que la fallecida estaba intentando dejar de nuevo a su compañero sentimental.
Así lo manifestó uno de los testigos que ya han comparecido en el cuartel de Lonzas. Según consta en su declaración, la relación entre la víctima y su pareja era “tormentosa”: ambos discutían con frecuencia, los insultos eran frecuentes y en ocasiones él llegaba a echarla de casa, aunque ella siempre regresaba cuando él se lo pedía. El día anterior al suceso, ella había confesado que estaba “cansada de su marido”, aunque finalmente no se había decidido a abandonarlo.
Las desavenencias entre el imputado y su coruñesa también eran notorias para los clientes del negocio de comida que él regentaba en la plaza de Lugo, y en el que ella trabajaba de forma esporádica. Son varias las personas que presenciaron altercados entre ambos, el último hace tan solo una semana.
Lo que el juez debe desentrañar ahora es la secuencia concreta de hechos que acabó con la mujer tendida en la carretera de acceso a Pocomaco con un traumatismo en la cabeza que resultaría letal. Todavía se desconoce si ella misma se tiró en marcha del vehículo o si fue el conductor quien la empujó fuera del coche. También habrá que determinar si, como ella temía y le reveló al hombre a quien pidió auxilio, había sido narcotizada por su pareja, con la que había estado bebiendo en las horas previas a la muerte. 

La fallecida en Pocomaco había vuelto con el detenido dos días antes del suceso

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