Los facultativos apoyan la comida tradicional como la base de la dieta para los más pequeños

Los facultativos apoyan la comida tradicional como la base de la dieta para los más pequeños
15 marzo 2014 A Coruña.- La ciudad sufrió en 2013 la mayor caída de población en diez años En la foto parque infantil en A Coruña

El reloj corre en contra, pero la falta de interés porque el pequeño se alimente en condiciones también. Esto hace que las comidas se preparen en cuestión de minutos y muchas veces se opte por los productos precocinados para salir del paso. Craso error. La endocrina del Chuac, Teresa Martínez, advierte que el fallo está en la ausencia de potas haciendo “chop chop” a fuego lento y, sobre todo, de la calidad de la materia prima.
Porque no es lo mismo un pescado congelado que uno comprado en la plaza, la dieta del pequeño le afectará hasta tal punto que la obesidad es hoy en día un problema cada vez más extendido entre la sociedad infantil. Y es que su base alimenticia le condicionará para siempre: “Hay más niños gordos y los gordos están más gordos que antes”, afirma la especialista.
Esto genera alteraciones como altos índices de colesterol y diabetes, que vienen a una edad muy temprana. En general, señala que los alimentos que uno suma al cesto de la compra han cambiado “radicalmente”. Los chavales no comen en casa y casi no conocen la riqueza del recetario popular. Los padres esquivan la tradición y a la hora de la merienda, el bocadillo ya no es el rey: “No es lo mismo un bocata de jamón que un envasado con grasas y colesterol. Esa es la diferencia”, señala la doctora.
Teresa tampoco culpa a los mayores porque la mayoría recurren a sucedáneos al no disponer de tiempo material. Las madres han dejado de remover la pota y los que tienen suerte caen en casa de los abuelos cuando dan las dos. Ellos sí que son fieles a unos platos que llevan años dominando.
Otros basan su dieta en lo que les dispensa el colegio al mediodía: “Normalmente los centros recurren al cátering”. Y esto no es más que lo que hacen sus progenitores, que comen cualquier cosa en el bar para incorporarse rápido a sus puestos de trabajo. Martínez cree que la clave está en la elaboración del menú: “Los niños deben ingerir comidas normales, un guiso o un bisté” y el sobrepeso viene en parte de la saturación de grasas en el plato: “La obesidad infantil ha aumentado de una forma exagerada”.
Si al tipo de comida que impera en los hogares coruñeses se le suma el sedentarismo de los niños, que ya no juegan al balón tanto como antaño y eligen la consola antes que apandar al escondite, las consecuencias son devastadoras.

del pediatra al endocrino
En el momento en que los padres son conscientes del problema, se dirigen al pediatra que los remite al servicio de endocrinología del Chuac. Allí, Teresa no somete a los niños a una dieta estricta porque eso “es un mal rollo” y si a un adulto le resulta muy difícil hacer régimen, “al pequeño más”. Su preinscripción médica tiene que ver con esos platos de siempre, menos grasientos y con un producto de calidad, además de un aumento del ejercicio.
La médico confiesa que es muy “antidietas estrictas” y menos de nombrarles esta palabra a las criaturas. Lo importante es normalizar la situación. Para que la obesidad se frene sin que los enfermos se den apenas cuenta de los cambios.
A base de recetas populares, los padres podrán darle una vuelta a sus cartas. En este sentido, Teresa no cree que se estén eliminando comidas o dándoles menos cantidad. Las cinco paradas al día para darle al cuerpo los nutrientes que necesita se respetan. Lo único que salienta es la falta de verduras y frutas y la inclinación por los productos preparados.
En este sentido, la imposibilidad de cocinar al mediodía se puede subsanar con encender los fogones por la noche. De esta forma, la familia solo tendrá que calentarla y sentarse a la mesa. A cambio, los más bajitos de la casa le dirán adiós a todos esos conservantes y grasas saturadas que tanto daño les están haciendo.

Los facultativos apoyan la comida tradicional como la base de la dieta para los más pequeños

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