9º-15º
jueves | 25 abril | 2024
Aunque el epicentro del problema de la vivienda ha estado en los últimos días en la calle de Padre Feijoo, donde una octogenaria corría peligro de verse desalojada, en la periferia se están gestando problemas igual de graves. Es el caso de los catorce expropietarios de casas en el futuro Parque Ofimático que permanecen en ellas a pesar de haber sido desahuciados. Tras mucho esperar, siete de ellos por fin pudieron reunirse recientemente con César Otero, director de Urbanismo. Éste les hizo una oferta: o trasladarse a uno de los pisos de alquiler social del municipio o comprar al Ayuntamiento una vivienda a cambio de todas sus propiedades en los terrenos del Ofimático. Ellos se negaron: “Le dijimos que nosotros también podíamos ser otro problema como el de Padre Feijoo”.
El Ayuntamiento pretende trasladar a los vecinos que dificultan el avance de la construcción
Entre los siete propietarios se cuentan ancianas viudas, matrimonios de jubilados, una minusválida y un octogenario que vive con su pareja y su hijo en paro. Son todas personas con recursos modestos que se consideran víctimas de la especulación inmobiliaria de la que, dicen, han sido cómplices las autoridades. “No pueden dejarnos en peor situación de la que estábamos”, protestan.
En un principio, la oferta municipal parece que pondría fin al grave problema de a dónde irán cuando les desalojen de sus viviendas, pero la mayoría considera que el Ayuntamiento está cometiendo un abuso. En primer lugar, porque cuando fueron expropiados al no querer vender sus casas no se les compensó con dinero, sino que les convirtieron en promotores “a la fuerza”, como dicen ellos. Esto es, que se les entregó un terreno en el Ofimático para que construyeran un nuevo hogar, además de una compensación económica que apenas cubrió la primera cuota de urbanización: el resultado es que algunos afectados adeudan ya miles de euros.
Sin embargo, en el proyecto inicial del Ofimático se contemplaba entregarles unas nuevas viviendas, y así salió publicado en el DOG. “Lo normal es que nos paguen el alquiler de una vivienda hasta que las nuestras están listas. Eso se lo que se hacen en todos los casos, y así se lo hemos dicho al señor Otero”, replicaron. En cambio, lo que les ofrecen ahora es realojarlos en una de las vivienda de alquiler social en Novo Mesoiro y en Eirís. Dejando a un lado que los afectados querrían ver por sí mismos las viviendas que les ofrecen, les parece injusto tener que pagarlas.
La otra opción que les ofreció Urbanismo es que compraran un piso al Ayuntamiento a cambio de las casas de las que han sido desahuciados, más los terrenos sobre las que se levantan.
Creen que la responsable de Rehabilitación de Vivienda, María Teresa Morán, debería evaluar caso por caso, puesto que algunos no disponen de parcelas 900 metros cuadrados, el mínimo imprescindible para pagar los 270.000 euros del precio de las viviendas. Algunas de las propiedades tienen más metros cuadrados, pero según les dijeron, no se les compensaría. “Todo mi patrimonio a cambio de ese piso, que vale mucho menos. Me siento estafado”, comentó un afectado.
