Eusebio da Guarda, el benefactor de la ciudad

Eusebio da Guarda, el benefactor de la ciudad
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La vida del ilustre benefactor coruñés Eusebio Lázaro da Guarda González es sencilla, pero llena de intensidad en su amor a la ciudad. Eusebio era hijo de un emigrado de origen portugués de humilde oficio de zapatero y natural de la región de Braganza, que se asienta en La Coruña en el primer bienio del siglo XIX. Gonzalo da Guarda se casó en esta ciudad con la hermosa coruñesa Juana González, siendo Eusebio da Guarda uno de los ocho hijos habidos en aquel matrimonio. Nace en 1824 y es bautizado en la iglesia de San Nicolás. Inicia sus estudios primarios y luego pasa a la Escuela de Náutica para hacerse piloto naval. Desde una edad muy temprana embarca a navegar y con solo 20 años logra emplearse en la casa comercial de Juan Menéndez Fuertes, armador de origen cubano, donde pasa a ejercer las funciones de apoderado en 1852 cuando muere su patrón.
Eusebio, que se había fijado en los atributos gráciles de la viuda de su jefe, Modesta Goicouría Cabrera, once años mayor que él, se casa con ella en 1854. De esta relación no habrá descendencia.
Su labor filantrópica quedará reflejada en la erección del Instituto de segunda Enseñanza y del Grupo escolar que también lleva su nombre, levantados en el antiguo solar del Caramanchón, hoy plaza de Pontevedra.

obras
También procede a la reedificación de la antigua capilla de San Andrés, perteneciente de antiguo al gremio de los Mareantes, cuyas obras darán a Eusebio da Guarda muchos quebraderos de cabeza por motivos de pleitos entablados acerca de a quien pertenecía la propiedad.
Había una división importante entre el cabildo de Santiago, el gremio de los Mareantes y el propio Eusebio da Guarda, que fue quien puso el dinero para la restauración del templo, que fue bendecido por el cardenal santiagués Herrera el 17 de mayo de 1890.
Cuando el benefactor falleció siete años después fue enterrado siguiendo su deseo en el propio templo, lo mismo que su difunta esposa, la cual había muerto en 1889. Modesta había sido enterrada en un primer momento en San Amaro, en el nicho 159 del cuarto departamento, mediante donación perpetua y en propiedad del Ayuntamiento de La Coruña. Con el tiempo se dilucidó el pleito por la posesión de la restaurada capilla de San Andrés, a la que se trasladó para que en ella descansasen sus restos de forma definitiva. Dicha capilla será declarada Castrense el 26 de abril de 1938, mediante una encomienda de la autoridad eclesiástica del Arzobispado de Compostela.
A expensas de Eusebio da Guarda se levanta también el mercado de abastos que lleva su nombre, situado en la plaza de Lugo. Además, este benefactor llegó a ser el primer accionista del Balneario municipal de Riazor, con ocho títulos de 500 reales cada uno, y también costeó los gastos de la fuente del Deseo en la Ciudad Alta, que no contó con fuente alguna hasta finales del siglo XIX.
La empresa de la que se hizo cargo Eusebio da Guarda en 1852 había sido fundada por Juan Menéndez Fuertes, natural de La Habana, que tras hacer fortuna se había instalado en  La Coruña en 1837. En la Habana, Fuertes se había casado con Modesta Goicouría Cabrera, dedicándose desde La Coruña a canalizar la corriente migratoria de Galicia hacia la isla, bien en barcos propios o mediante representación de otras navieras y entablando negocios con las tierras de América. También será socio de una fábrica de vidrios en Gijón, La Industrial, fundando otra en La Coruña: La Unión de Gijón, Avilés y Coruña.
Fundará también la compañía de seguros marítimos La Integridad en 1841, para asegurar los barcos y sus cargamentos, llegando a ser vicepresidente de la Junta de Comercio en 1843 y 1847, alcalde de la ciudad coruñesa en 1844 y senador vitalicio en 1847.
La herencia de Fuertes era sumamente importante, disponía de propiedades en Muxía, Camariñas, Cée, Finisterre, Vimianzo y Dumbría, cuyos negocios seguirán funcionando bajo la denominación de Viuda de Menéndez, de la cual eran apoderados el hijo menor, Juan Menéndez, y Eusebio da Guarda, ampliando este, aquellos negocios al ámbito bancario y la consignación naviera, entre los que se encontraban la Cía. Transmediterránea y la Cía. Trasatlántica Española. Eusebio da Guarda llevaba la dirección de los negocios desde el número 75 de la calle de Acevedo, actual calle Real.

homenaje
Cuando la tarde del 20 de marzo de 1897 muere Eusebio da Guarda, en su propio domicilio de la calle Real, el Concejo coruñés se reúne en pleno a las diez de la noche y su alcalde-presidente da cuenta a la corporación del fallecimiento de este ilustre patricio y del deber de los coruñeses de tributar a su memoria el homenaje de gratitud, cariño y respeto que se merece, por los beneficios que tan generosamente le ha dispensado a la ciudad de La Coruña.
Con motivo del fallecimiento de Eusebio da Guarda, el alcalde Luis Argudín Bolívar, emite un bando de pésame a la población, para que acudan todos los coruñeses a su entierro.
Son varios los recuerdos en la ciudad, pero sería de agradecer que el Ayuntamiento colocase una placa conmemorativa en la casa de la calle Real, número 75, en honor de este patricio coruñés, como recuerdo de su vida y su obra en La Coruña.

Eusebio da Guarda, el benefactor de la ciudad

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