La escasa vigilancia hace de los grandes parkings escenario de robos en coches

La escasa vigilancia hace de los grandes parkings escenario de robos en coches
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Los robos en coches son un crimen muy común, que se considera de los de más baja estofa: bata con una piedra para romper el cristal y hacerse con todo lo de valor que haya en el interior del habitáculo antes de darse a la fuga. Esta clase de incidentes suelen registrarse en las calles más apartadas y oscuras, donde los ladrones se sienten más a salvo de miradas de vecinos o transeúntes. Sin embargo, la aparición de grandes aparcamientos que concentran muchos vehículos en un solo punto al aire libre, como el del Ágora, el disuasorio de O Birloque o el del Oceanográfico ofrecen un campo de actuación a estos cascos, como se ha comprobado estos días. La falta de vigilancia y lo apartado de sus localizaciones favorece esta clase de incidentes. 


En efecto, el 14 de este mes,. agentes de la Policía Nacional detuvieron a las 03.30 de la madrugada a un sospechoso de haber robado en una docena de vehículos en el gran aparcamiento del Ágora, y solo la presencia fortuita de un testigo, que había escuchado el ruido de cristales rotos, permitió que las autoridades se personaran a tiempo para detener al sospechoso. La primera patrulla iba de paisano y en vehículo camuflado (es una táctica habitual, para no espantar al delincuente), estaba comprobando la zona cuando oyó un fuerte ruido de fractura de cristales. Entonces los agentes observaron a un hombre con una piedra grande en su mano y el vehículo que estaba su lado tenía el cristal fracturado. Revisaron los coches que estaban aparcados en las inmediaciones y encontraron, al menos, una docena de ellos afectados. 

475 DELITOS
cuantificados como robos con fuerza en coches, establecimientos y domicilios, se contabilizaron en 2018 



Se procedió a la detención del sospechoso, de 32 años y con varios antecedentes, por robo con fuerza en interior de vehículo. Entre sus pertenencias llevaba un destornillador, una navaja y un llavero. En el transcurso de la investigación se comprobó que la navaja y el llavero los había sustraído del interior de uno de los coches que estaba allí estacionado.

Más arrestos
Una semana antes, el día 8 de mayo, entes de la Policía Nacional detuvieron en Ciudad Jardín a otro sospechoso, un hombre de 46 años de edad y con un amplio historial delictivo, también porque un testigo había oído ruidos de cristales rotos y vio a un hombre que metía parte de su cuerpo en el interior de un coche que estaba estacionado, Poco después era detenido: llevaba encima dos objetos metálicos a modo de ganzúa o gancho y diversos efectos. 


Los investigadores sospechan que este individuo está implicado en muchos más robos. Ese incidente no es nada comparado con el que tuvo lugar dos días después en el polígono de A Grela, donde diez vehículos aparecieron con los cristales rotos y su interior saqueado, desprovistos de documentación, presumiblemente para usarla en coches robados. En el parking de O Birloque también se han registrado incidentes. 


Colaboración ciudadana 
Esa es la diferencia: la colaboración ciudadana. Fuentes policiales reconocen que vigilar estos aparcamientos es difícil, sobre todo en un momento de escasez de efectivos policiales. “Las patrullas están donde reciben las llamadas y estas suelen recibirse en el centro”, comentan. 


Los grandes aparcamientos públicos al aire libre permiten robar de una sola vez en muchos más vehículos y es razonable esperar que esta clase de incidentes se repitan en el futuro. Sobre todo, si no se establece ninguna medida disuasoria.

La escasa vigilancia hace de los grandes parkings escenario de robos en coches

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